SEÑALES DE HUMO III

Iglesia con acebuche a la izquierda

Esta podría ser la historia de un tomate que nunca conoció plástico y, sin duda, a través de extraños y sibilinos derroteros alcanzó mi paladar para dejarle gloriosa huella o la de una niña gravemente enferma que comienza a comunicarse con las flores; pero no, lo primero aconteció en un restaurante popular de Portugal llamado O Lagar y lo segundo precisa más tiempo para el arraigue en mi imaginación.

Así que ciñéndome al espíritu de estas señales de humo estivales será la historia de unos parroquianos del país vecino que degustan unas cervezas demorándose en los tragos y en la conversación para hacerle el juego al declinar sumiso de la tarde. Véanme irrumpir entre ellos por sorpresa corriendo. Sus miradas me enganchan. Me corto y continúo mi trote. Para ellos soy estrambótico: correr con tanto calor y en subida. Para mí son una señal, un hito en mi carrera que evite perderme en la maraña de calles. Dalia morada, las calabazas enormes, curva sombría... y ahora, los parroquianos tranquilos.

Asciendo una colina en cuya cima despunta una iglesia tras un séquito de viñedos. Al alcanzarla el bronce de sus campañas estalla y reparte su estruendo por el valle. Llaman a misa y desde donde estoy alcanzo a ver el trasiego de las gentes como minúsculas hormiguitas por todo el valle. Tomo una hoja de uno de los acebuches que flanquean un lateral, la mordisqueo. Y no hay más, nada más en la memoria de aquella tarde, que mi carrera de regreso. Recuerda, Pedro: bosque a la izquierda, parroquianos tranquilos, dalia morada, kiwis, curva sombría, calabazas y casa rural.

Bosque

Parroquianos

Dalia morada

Kiwis

Curva sombría

Calabazas

Comentarios

  1. Está también el sistema de Hansel y Gretel....

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  2. Si...no estaría mal recurrir a él y llevar piedrecitas. Antes, cuando no era diabético, era menos cauteloso, se trataba de correr y punto, ya encontraría el lugar del que partí. Ahora, por el tema de las hipos, debo controlar mucho más. Si bien, en este caso aún con bajada de glucosa tenía buena fruta para recuperarme :-)

    Saludos.

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  3. Cuando un relato comienza con ese homenaje al sentido del gusto -quien no ha probado un tomate de los de antes directamente en el huerto no lo sabe-, todo anuncia una gozosa lectura, sin duda alguna.

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  4. Supongo que luego has vuelto con la máquina, ¿o corres con ella ;)?
    En todo caso, son soberbias las imágenes que construyen tus palabras y las que captura tu cámara. Qué sigáis aprovechando estos días idílicos. Besos

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  5. Da gusto perderse y que no te encuentren

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  6. Si recién llegado has sido capaz de escribir este momento concreto de tus vivencias, qué no serás capaz de traernos a esta página cuando lo vivido en la memoria se asiente.

    Gracias por este paseo portugués

    Dos abrazos

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  7. Ah! Portugal mágico, recuerdo bien sus kiwis colgando en la glorieta y tu me has hecho revivir hermosos momentos allí. Unas fotos preciosas en un escrito delicioso. Beso.

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  8. Portugal siempre nos deja ese regusto melancólico...Portugal se mastica poco a poco,se saborea lento y se deja fluir paladar abajo...ummm

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