El sendero confuso
Bordeaban el camino piedras de mundos distantes, la escarcha fijaba el polvo y la rueda la despegaba en minúsculas hebras alguna de las cuales alcanzaban
al rostro. Frío intenso de vapores en la boca y en el horizonte.
Partí temprano, en la oscuridad vibraba la intermitencia del faro de la bici, la ciudad se desperezaba, llevaba el empeño de perderme o al menos de descentrarme;
así que, de camino al trabajo tomé ese sendero confuso.
Plantas resecas tamizaban la luz que quería abrirse paso en el este, alcauciles quebrados, mazorcas desperdigadas con sus zuros vacíos, achicorias, coles,
lombardas, matojos helados y extrañas matas cristalizadas y de color de mandarina y arcones de óxido, refugio de aperos de labranza, y un tractor abandonado recitando penurias agrícolas, y al fin los primeros haces de sol
puliendo el cobre de los plátanos y toda esa quietud desolada y grandiosa guardando una historia por contar. Una historía, sí, acaso de gélida melancolía y espera.
La escarcha debe ser lo más cercano a la muerte dulce...
ResponderEliminarDicen que el frío acaba adormeciendo los nervios. A saber...gracias y un abrazo.
EliminarSendero confuso, que te inspiró a contar esta historia tan bien ilustrada con tus fotos que, aunque gélidas, desprenden calidez enlazadas con tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, esta mañana pasé cerca pero no me animé a recorrerlo de nuevo puede que por creer que la confusión ya no existiría y que acabaría reconociendo el camino, que sería trillado.
EliminarAbrazos.
No tan confuso. El texto es genial y muy bien ilustrado con las imagenes.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Luis, había dejado de responderte por confusión, esta vez, fue un sendero en mi cabeza el que produzco el equívoco. Un abrazo.
EliminarMagníficas fotografías. ¿Dónde están hechas? Al margen del frio que sale de ellas directo a nuestras pantallas, hay algo, no se si en la luz, la composición o el paisaje -me refiero a las dos primeras- que dejan un regusto muy agradable.
ResponderEliminarSalud
P.D.: sigo con dificultades para comentar desde wordpress. Lo mio no debe ser la informática.
Saludos, Goathe.
EliminarHe pinchado en Responder del comentario anterior, porque falla el procedimiento normal...A ver si sale.
Me reitero una vez más en mi afición a tus textos, los disfruto como fruta de mil sabores...Y qué decir de la fotografía, que hablan ellas solas en la lengua que entienden los sentidos.
Un abrazo.
Las fotos son de los llamados Sotos de Aranjuez, cerca de las ribera del Tajo, el típico lugar por el que uno pasa cerca sin desviarse nunca. Por lo que leo los problemas para comentar son comunes a otros como menciona abajo el amigo Mateo. Más bien sea yo quien deba realizar algún cambio en la configuración pero, con sinceridad, no sé cual.
EliminarUn abrazo y gracias.
Mateo, muchas gracias. También sabes que a mí me agrada leerte. Como le digo a Charles, esto de los comentarios tengo que solucionarlo pues el Spam si que entra bien. Abrazos.
EliminarCreo que eres un buen hombre, Pedro, y tan buen escritor comno persona.
ResponderEliminarPaco Amor
Gracias, Paco Amor, se hace lo que se puede con la baza de cartas que uno recibe. Un abrazo.
EliminarMe ha hecho gracia el término alcauciles...rememorando ecos de tierras murcianas...deliciosamente helado el texto...ya vuelve usted por sus fueros...este es nuestro mes...que se note, celebremos...
ResponderEliminarun abrazo...
¿Ha probado usted los alcauciles a la plancha con aceite de Mágina crudo por encima? Vamos a intentar obrar ese prodigio esta primavera. Abrazos.
Eliminarsalir del sendero para contar otra historia
ResponderEliminarabrazo*
Podría verse de ese modo. Gracias por pasar, abrazos.
EliminarQue bonito.....¡pero que frío desprenden las fotos! Hay que abrigarse para verlas.
ResponderEliminarGracias, lo hacía. En estos últimos tiempos estoy siendo cada vez más consciente de temperatura real contra sensación térmica y aunque los términos parezcan indicar lo contrario es muchísimo más real esta última que la primera. Abrazos.
EliminarPreciosas fotos,Pedro, tienen una luz especial, quizás por la hora en que fueron tomadas, o quizás por tu maestría al hacerlas. Has captado, a mi entender, algo casi opuesto, una acogedora y casi entrañable frialdad. No sé si por asomarnos a ellas desde el interior, como desde una ventana; pero a la vez invitan a que salgamos y sintamos de qué color es y qué sabor tiene la helada. Un quedarse inmóvil, tal vez, ante su presencia. Puede que eso haga el sendero confuso. Y ese texto tuyo, tan descriptivo, tan sugerente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Puede que la introversión de los textos le aporte una calidez que contraste con la gelidez y desolación del entorno. Las confusiones están en todos lados, es cierto, en esta ocasión eran reales, veredas que se mezclan y cruzan y la luz del amanecer, en el este, clavando a chincheta un punto cardinal en el horizonte. Gracias por pasar, un abrazo.
ResponderEliminarQué bonito recorrido, y todo helado!!!
ResponderEliminarSalu2 :)
Un decreto de hielos el del aquel día. La primavera enmascarada y sin ganas de salir. Abrazos, gracias.
EliminarHistoria preciosa de la dureza de la vida rural. Nosotros llamábamos pabilo a los zuros, pero ninguna la encuentro en el diccionario.
ResponderEliminarSaludos
Piedra
Gracias Miguel, zuro sí aparece en el DRAE, me gusta mucho la palabra pábilo, gracias, un abrazo.
EliminarHermosas fotos y maravillosa historia. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Rosa María, un abrazo hasta Argentina.
Eliminarla historia...que cuentas son de esos momentos que luego nunca se olvidan...que te marcan...y las fotos como siempre bien escogidas...un abrazo
ResponderEliminarÚltimamente uno encuentra la trascendencia por donde menos espera, amigo, deben ser asuntos de la edad, abrazos.
EliminarA mi me han dado melancolia las fotos..y sinembargo son tan especialmente bonitas....
ResponderEliminarGracias, el invierno trae con su frío el recogimiento y con ello la nostalgia del aire libre, vivificante y perdido. Un abrazo.
Eliminarme han encantado tus fotos, Pedro, son preciosas y me transmiten mucha paz. El cielo de la primera imagen es un verdadero espectàculo.
ResponderEliminarSara Prestiti
Gracias por pasar y comentar, Sara Prestiti, estamos teniendo unos cielos bastante espectaculares; así y todo me gustaría trocarlos por otros preñados de nubes que descarguen, gracias.
EliminarFotos hermosas, hermosamente heladas, de esos campos. Por aca hace calor, bastante, la temperatura llega hasta los 34 o 39 grados que fue la maxima.
ResponderEliminarDe sacar alguna de algun campo, serian campos a pleno sol por aqui; a mi que no me gusta el frio la temperatura esta ideal.
Un especie de balanza y juegos de contrapesos, esto del viento. Gracias, abrazos.
EliminarMucho tiempo sin visitarte, eso hay que remediarlo. Son preciosas las fotos pero más el contenido, bueno, dejémoslo en un empate.
ResponderEliminarBesos
Gracias Nuria, abajo te respondí mejor, pero resumamos que intuiste muy bien el texto.
EliminarPrimera vez estoy pasando por este blog que me parece más que bueno.
ResponderEliminarEsta entrada es excelente, enhorabuena. Saludos desde lejos
Muchísimas gracias, tengo que visitarte y añadirte a mis enlaces. Abrazos.
EliminarEl frío, la escarcha, la niebla, el desperezarse, la bici, las planatas,... melancolía y un hueco para la tristeza. No hay que dejar que se asiente en un cómodo sillón cuando entra, pero tampoco sería humano cerrarle las puertas.
ResponderEliminarLa verdad es que lo clavaste. Entré en un periodo de melancolía, un tránsito azul, del que parece que voy saliendo. Muchas gracias y abrazos.
EliminarSiempre... siempre lo consigues, y me dejo perder en tu escrito continuando después el camino que ya has marcado... y luego... sonrío :)
ResponderEliminarMuchas gracias Mia por pasar por aquí pese a mi ausencia y también por tus palabras, un abrazo.
EliminarMagnificas fotos de ese invierno que empieza a irse y de esa tierra que a su manera cuenta sus historias, de lo que fue y de lo que sera.
ResponderEliminarSeguiremos viéndolo, Alejandra, gracias por tu visita. Abrazos.
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