TARDE DE DIFUNTOS EN CHAJUL
Dicen y lo tengo por cierto, que al llegar a la aldea el día de difuntos rehuyó el cementerio donde podría encontrar nombres que le afligirían, que prefirió asentarse en la placita de la lglesia y recomponer con los rostros de los niños el tapiz de sus antepasados.
Adivinó los ascendientes de la chiquillería. “Vos que sos medio canche debes ser de los Quiroga y la naricita de tu amigo le delata como Pérez”.
Afirman y lo creo con firmeza que hubo un rostro cuyo rastreo le llevó a su progenie, a la congoja del recuerdo de su hijo muerto, al cálculo de la manera en que aquella niña con sus mismos ojos podía ser sangre de su sangre. Y recordó. Recordó el enredo de faldas de su vástago antes de que desapareciera para siempre, antes de cruzar más intimidada que asustada a México.
“¿Vos sos hija de Graciela?”
La afirmación la resquebrajó por dentro haciéndole imposible distinguir dolor de dicha, pesadumbre de esperanza. Se quedó con ella toda la tarde arropándola de abrazos, contándole cuentos, fabricando juntas juguetes.
Me contaron y estoy seguro de ello, que quienes la vieron regresar bajo la lluvia no supieron distinguir en su rostro donde comenzaba el agua y acababa la lágrima.
--
Foto: http://flickr.com/photos/extremeboh/
Se me eriza la piel.
ResponderEliminarAcá todavía están buscando a los hijos de los desaparecidos a fines del 70. Las abuelas de Plaza de Mayo, incansables en su lucha.
Perder la identidad. Gravísimo.
Hay llantos que son lluvias.
Gracias por tu relato!
Un abrazo!
Reconocernos en la sangre, en el dolor y la perdida no tiene porque dejar fuera a la esperanza de reconocernos tambien en el amor que nos sobra para dar y recibir. Hay lagrimas que lo contienen todo. Bellisimo, amigo. Que placer volver a leerte. Un abrazo.
ResponderEliminarla vida en los ojos la muerte en la vida observada con el alma...
ResponderEliminarpreciosa
ojitos de bruja y crin de pelusa
Hermoso. Hermoso.
ResponderEliminarme encantó, al igual que esa preciosa princesita
ResponderEliminarbesos
unos ojos de inocenia, una mirada...pueden traernos recuerdos de un pasado cercano...más que cualquier palabra....un abrazo amigo
ResponderEliminarEs una triste historia de nuestra realidad centroamericana, me la has recordado toda esas familias divididas y que solo de recuerdo tienen el dia que desaparecieron.
ResponderEliminarbesos
Maravillosa forma de relatar un encuentro han hondamente radical y humano. ¿Cómo distinguir, entonces, entre lluvia y llanto? Besos enormes.
ResponderEliminarUn emotivo relato que encoge el alma. Que, como en la protagonista, hace imposible distinguir el dolor de la pérdida de la esperanza del encuentro. Al menos, un rayo de luz después de la lluvia, y una sonrisa después de las lágrimas.
ResponderEliminarBesos.
pues acabo de ir a votar y todo el tiempo, no sólo hoy, sino desde hace semanas, pienso en esos desaparecidos y en esos muertos y en esas familias y digo "¿quién los recuerda?" La mitad de Guate, no.
ResponderEliminarPensando en Chajul, Rabinal, Lemoa y tantos tantos tantos
El cielo se encargó de ayudarla a limpiar sus ojos: con la lluvia.
ResponderEliminarEs una ternura que mueve lo que has escrito, porque uno debería de reconocerse ante lo más indefenso, ante esa esperanza que ahí está, tocándonos.
Siempre eres peculiar en escribir la humanidad. Gracias.
Pasié por las fotas, bellas.
Abrazos.
Gracias or este maravilloso relato.
ResponderEliminarComo ya te habrás enterado, escogimos lo malo, no el horror. Un beso para cada uno.
Bastante desgarradora la historia pero sirve para no perder la memoria como parece que muchos ya lo han hecho.
ResponderEliminarSaludos!!!
Ale, dijo por ahí, ¿Quién los recuerda? y es cierto, a veces pasan por el colador de nuestra "objetividad" ciertas cosas que deberían de ser fundamentales.
ResponderEliminarPersonalmente nunca he tenido miedo a retractarme de algo, y eso me ha hecho empezar a conocer grandes hoyos negros de mi Guatemala.
Este blog, significa mucho para mí, a pesar Goathe, que te conocía desde hace mucho tiempo cuando compartíamos en el blog del Tato, pero sabes??, me quiebra el corazón en pedacitos (de alegría por supuesto) de saber que has llegado a amar a Guatemala, a mi esposo le pasó lo mismo, y eso que no ha tenido la oportunidad de ir. Irá el próximo año y no me sorprendería que hiciera un blog al respecto, juntos leímos el Remhi, y nos quedabamos absortos de ver tanta mierda junta, (perdón no lo puedo decir de otra forma).
Yo nada más te doy las gracias, es que no puedo decirte otra cosa, no puedo será suficiente con decirte ¡Cuanto te agradezco! por el amor a nuestra apaleada Guatemala.
Abrazos Goathe!
A mí se me arrugó el alma.
ResponderEliminarTodo lo mejor para Usted, simepre
Ufff como siempre Goathe: Tenes la capacidad de llegarle a uno al alma. Especialmente cuando escribis de nuestra patria, como si fuera tuya aunque en realidad ya lo es, y mucho, pues te juro que conozco gente nacida en esta patria que ni siquiera le interesa lo que aquí pasa.
ResponderEliminargracias siempre
Doble regalo, dos en uno: un texto delicado, preciosista, lleno de sensibilidad. Da gusto leerlo una y otra vez.
ResponderEliminar¿El segundo?; un obsequio para mi gusto por los diccionarios de jergas, localismos, lenguas y germanías. Una maravilla que para disfrutar mejor paso a imprimir.
Un abrazo, amigo
Salud
Tus letras siempre calan dentro. Muy adentro.
ResponderEliminarOjalá que la lluvia arrastrara, junto con las lágrimas, un tanto de su pena, y le dejase el alma un poco en paz.
Dos abrazos
Uy! Te había dejado un comentario pero no sé por qué no se ha publicado: misterios de internet :(
ResponderEliminarBuff, y ahora no me acuerdo de lo que había puesto... bueno, resumiendo, que me ha gustado, vaya!
Nadie desaparece para siempre.
ResponderEliminarSiempre habra alguien que los recuerde y les haga el ritual que les dara la seguridad, que no hay luchas sociales en vano.
Excelente como siempre!
Casi siempre, donde termina una cosa comienza otra..ley de vida dicen...como la muerte y otra vida, como el llanto y la lluvia...
ResponderEliminarDe las miles de historias que entristecen nuestra tierra de arboles. Muy bien contada, por supuesto. Gracias por el toquecito al corazon.
ResponderEliminarUn abrazo
feliz día de muertos, ciertamente
ResponderEliminaraunque viva en méxico, no soy muy dado a festejar los 2 de noviembre, detesto el pan de muerto aunque las ofrendas me parecen actos muy nobles, leales
en fin, a lo que voy es que tu cuento fue lo más cercano a sentir la emotividad del día de muertos aunque sea 4 días después, será que cada año es la misma gata revolcada por estas coordenadas que tienes que venir tú con un cuento así para hacerme pensar un poco en la muerte, en el encuentro, en la ficción, en la realidad
salu2 trasatlánticos
qué bueno está todo tu template
y esa lagrimitas de inocencia iran y vendran siempre como lluvia de primavera o como memoria dolorosa y triste. Hay tantas historias como estás y tantas ganas de que un día la muerte sea menos muerte. un cálido abrazo agradecido
ResponderEliminarPrimero, gracias por tu visita y por tus palabras. Ya había leído algunos comentarios tuyos en los blogs de Ontokita, Osselin y, por supuesto, Azul Caleidoscopio. He dado un rápido paseo por los tuyos y he visto post muy interesantes. Con tu permiso, voy a enlazarte en mi blog literario para tenerte más a mano.
ResponderEliminarSegundo, me alegra saber que conoces Murcia y que te gustó Salzillo (yo nací muy cerquita de su museo). Si dices que vives a cuatro horas de aquí, intuyo que estás en la provincia de Toledo o de Madrid. Yo tengo profundas raíces toledanas. Mi madre nació en Cazalegas, un pueblecito próximo a Talavera, de donde era mi abuela. Y, si vives cerca de Madrid, aprovecho para decirte que el próximo día 23 tengo allí un concierto (en la sala Galileo) con Banda Inaudita.
Hasta pronto y un abrazo
Hola, gracias por los comentarios.
ResponderEliminar.:*:. Ferípula .:*:., para perder la identidad hay que se muy obcecados pero algunos seguramente olvidan de donde vienen. Gracias.
Gloria, me alegro de tu regreso y seguro que inacabada mudanza. Gracias por pasarte.
sole, gracias, me gusta eso de crin de pelusa.
Julia Ardón, gracias, Julia, saludos.
Laura, gracias qué ojos los de esa niña ¿verdad?
Manuel, sí, el recuerdo siempre encuentra atajos para llegarnos.
Luego continúo con los restantes.
--
Saludos y gracias.
Cromática, sí amiga, lamentablemente común.
ResponderEliminarIsabel Romana, gracias Isabel, un placer que me visites y comentes.
Calle Quimera, sí. Encontró un vínculo donde no esperaba nada. Es una historia que podría desarollarse en varias páginas más.
Ale, afortunadamente podremos decir que un poco más de la mitad de Guatemala los recordó. Ten en cuenta que la gente allí está loca por abrir un nuevo periodo pero hay escasez de políticos honestos y carismáticos.
Clarice, nunca hay que perder la esperanza ¿verdad? Perderla es saborear malos tragos. Gracias.
Ana, gracias un placer que pase y además comentes.
Scd, fíjate que no la veo tan desgarradora: encontró una nieta allí donde iba a entregar unos crisantemos por su hijo (eso no lo escribí amigo pero lo pensaba). Ganó mucho.
La Filistea, es fácil querer a la gente de allí. Recuerdo un señor que me acompañó en su carro a la estación de autobuses nada más que para que no me sucediera nada. Para protegerme. Un abrazo, amiga.
Simariat, gracias debo darme una vista detenida por su blog. Gracias.
Eds, es normal que uno sienta más lo que le es propio. Me hubiera gustado estar más tiempo en Guatemala, involucrarme más con la gente. Seguro que así hubieran salido más historias. Será a la próxima.
Charles, gracias amigo, me siento honrado, abrazos.
Trini, pena por que se alejaba y alegría porque retornaba con una nieta inesperada. Gracias.
Qalamana, lo siento, es que a veces tarda mucho en que suban los comentarios. A mí al menos me pasa, gracias.
Enmascarado, mientras existe memoria o letra escrita nadie desaparece. Cierto, abrazos.
Palmoba, todo en espiral, todo cíclico, la energía no se destruye, se transforma. Gracias.
CHC, gracias a ti por las risas de tu espacio, abrazos.
Alberto, gracias luego me paso a visitarte que hace tiempo que no lo hago, saludos.
Ontokita, me hace pensar eso de que un día la muerte sea menos muerte, menos abismal. Gracias.
Sebastian, apenas tenga tiempo también te enlazo metiéndote en el bosque como especie mediterránea. :-) Pues aciertas entre Madrid y Toledo, en el oasis de la Mancha como llaman a Aranjuez.
Gracias y saludos.
Estremecida, así estoy...
ResponderEliminarBesos!
Azul, bueno, tampoco es para tanto, que sin esperarlo y pese al llanto tuvo un inmenso beneficio. Gracias.
ResponderEliminar--
Saludos.
Tocaste fibras muy sensibles hermanito, abrazo solidario a todas las madres que perdieron hijos e hijas en el conflicto armado, la mía incluída.
ResponderEliminarEs precioso, me ha llegado directo al corazón. Muchos besos.
ResponderEliminarEl rostro de esa critura me conmueve y fascinan y el relato que la acompaña va de acuerdo a su inmensa belleza.
ResponderEliminarUn beso desde Mèxico
Pirata, gracias, amigo. En ocasiones me veo frívolo por tratar estos temas que no son de mi geografía. Escribí este relato de una forma un poco atropellada para que se publicara el día antes de las elecciones. Me temía lo peor y ya vi que salió la opción menos mala.
ResponderEliminarWaiting, gracias a ti, saludos.
Gabriela Monroy Calva, sí es una niña muy guapa con unos ojos penetrantes. Gracias.
--
Saludos.
Javier:
ResponderEliminarMis felicitaciones, maravillosa foto. La niña lo dice todo con la mirada, ¡Que brillo en los ojos¡. Saludos.