Los trolls petrificados





Los gigantescos trolls hacen rapiña de las embarcaciones que encallan. En completa oscuridad, entre la marinería temblando de terror, se quedan con el oro y  las joyas. Aquella vez, tantas eran las riquezas, que les sorprendió la luz del sol y terminaron petrificados. Esos riscos en el mar es lo que queda de ellos. Skessudrangar, Landdrangar y Langhamrar se llamaban. Dicen por allí que los alaridos de cada noche no son los caprichos del viento entre los acantilados sino sus gritos pidiendo el final de su maldición.

Comentarios

  1. Una fotografía en perfecta sintonía con el texto, "inquietante" sería la palabra.

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  2. si fuera barco y veo esas estacas clavadas desde el cielo y ni me acerco, pero si fuera viento, claro que llegaría con frecuencia a tocar zampoñas de piedra.

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  3. Creo que tus trolls se hallan en Islandia ¿no? Muy buen texto e imagen en perfecta sinfonía.

    Un abrazo, Pedro

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  4. Quizá todo lo que ha habitado la Tierra susurra... o grita..., como los neandertales en nuestras entrañas. Somos ella, la Tierra, y no cesamos de gritar, aunque no demasiados escuchamos ese lamento.

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