Alt + Tab
Despierto, en la cama pulso Alt+Tab con el pulgar y el dedo corazón de
la mano izquierda. No consigo levantarme. Repito pulsación, con la mano,
mentalmente. Nada, no paso a otra cosa como sucede a nivel informático con estas
teclas. Me incorporo calado y tembloroso. En la vista un revoltijo de luces embebe
las formas. Una glucemia explica todo. Hipoglucemia, con valores inferiores a 50 la
mente y la vida se recluye a un mínimo esfuerzo, las palabras son mariposas que
escapan al intentar articularlas, los pensamientos enhebran la manera más
simple y ridícula de ser ejecutados pero con Alt+Tab no me incorporaré ni iré a
la cocina. La vida no la hacen los bytes, la hacen las calorías, las que usan
mis pies, mis manos, un poco a tientas en esta mañana que introduce en la casa
gorjeos de pájaros jugando y motores lejanos.
Con el tacto me hago con dos cucharaditas de miel de las
Hurdes. Escurren por el paladar. Algo de magia aparece en la rapidez con la que
uno se recupera.
Cinco minutos más tarde mi pensamiento se hace por completo
racional, en la vista se definen los perfiles de las cosas, aparecen los
interruptores, la encimera, las tazas, cesa el sudor frío, los temblores. Miro la miel
salvadora. El tío Picho, eso pone y se ve la tosca silueta como de un patriarca
gitano. Gracias lejano y misterioso tío Picho.
Avancemos este jueves. A por otras cosas. Alt+Tab.
Eso te pasa por no llevarte al tío Picho a la cama:):):)
ResponderEliminarQuiero decir, a la mesita de noche. Así no corres el riesgo de ir hasta la cocina.
Bueno, si no es miel, al menos azúcar o unas galletas.
Algo así estoy harta de decirlo a mi madre, pero nada, ella hace como tú y se levanta toda débil hasta la cocina con el consiguiente riesgo.
Abrazos
Gracias Trini, es que la tentación de meterle mano teniendo al tío Picho tan cerca, es casi insuperable. Lo que me sorprende es los pensamientos tan extraños que se tiene con glucosas tan bajas, es surrealismo puro (y peligroso).
EliminarUn abrazo a ti y a tu madre!!!!
Gracias pues al Tío Picho que ha iluminado su mañana.
ResponderEliminarPor curiosidad, antes de continuar estas líneas he buscado que es eso del Tío Picho, y parece ser que fue un personaje real de Las Hurdes. El "poeta y patriarca de Las Hurdes", lo llamaban en los últimos años de su vida, por ser depositario de la cultura oral de su pueblo. Curioso personaje que enlaza con tu mañana sombría a la que ha conseguido dar color.
Salud!
En serio? No lo busqué, la miel es de esa marca. Bueno, esto son gajes del oficio, lo llevo muy bien pero esos extraños pensamiento, tan curiosos. Lo que hace la mente cuando cree consumirse.
EliminarAy, amigo, qué susto.
ResponderEliminarAbrazos y un poema de F.G.Lorca
El canto de la miel
La miel es la palabra de Cristo,
el oro derretido de su amor.
El más allá del néctar,
la momia de la luz del paraíso.
La colmena es una estrella casta,
pozo de ámbar que alimenta el ritmo
de las abejas. Seno de los campos
tembloroso de aromas y zumbidos.
La miel es la epopeya del amor,
la materialidad de lo infinito.
Alma y sangre doliente de las flores
condensada a través de otro espíritu.
(Así la miel del hombre es la poesía
que mana de su pecho dolorido,
de un panal con la cera del recuerdo
formado por la abeja de lo íntimo)
La miel es la bucólica lejana
del pastor, la dulzaina y el olivo,
hermana de la leche y las bellotas,
reinas supremas del dorado siglo.
La miel es como el sol de la mañana,
tiene toda la gracia del estío
y la frescura vieja del otoño.
Es la hoja marchita y es el trigo.
¡Oh divino licor de la humildad,
sereno como un verso primitivo!
La armonía hecha carne tú eres,
el resumen genial de lo lírico.
En ti duerme la melancolía,
el secreto del beso y del grito.
Dulcísima. Dulce. Este es tu adjetivo.
Dulce como los vientres de las hembras.
Dulce como los ojos de los niños.
Dulce como las sombras de la noche.
Dulce como una voz. O como un lirio.
Para el que lleva la pena y la lira,
eres sol que ilumina el camino.
Equivales a todas las bellezas,
al color, a la luz, a los sonidos.
¡Oh! Divino licor de la esperanza,
donde a la perfección del equilibrio
llegan alma y materia en unidad
como en la hostia cuerpo y luz de Cristo.
Y el alma superior es de las flores,
¡Oh licor que esas almas has unido!
El que te gusta no sabe que traga
un resumen dorado del lirismo.
Poema precioso y por completo desconocido. Muchas gracias, anotado queda.
EliminarMi querido amigo: qué maravilla regresar a ver tus fabulosas fotografías, a leer tu prosa, y a enterarme de los comentarios de quienes te leen.
ResponderEliminarYo también sufro de hipoglucemia. Y me pongo muy nerviosa cuado se me baja el azúcar. De ahroa en adelante andaré con un frasquito de miel para reponerme. Te mando un gran abrazo desde Guatemala.
Hola Ana, por fin tendré sosiego para rectificar enlaces y visitarla de nuevo. Saludos.
EliminarAvanzando siempre.
ResponderEliminarQué bien q la medicina sea algo tan dulce...
Besicos.
Si muchas veces las soluciones más efectivas son las más simples. Gracias por pasar.
EliminarBueno, al menos la miel hace su magia, y con solo unas cucharadas, el malestar, todos los sintomas huyen en franca retirada, permitiendo que la vida retome su curso normal. Por lo menos tiene esa decencia, que con muy poco, sale despavorida; otras en cambio se instalan y no las saca nadie.
ResponderEliminarMagnnifica la foto con ese efecto de visrta reducida, de alguien al punto del desmayo.
Alejandra. Hay algo difícil de explicar en la forma repentina en la que notas las hipoglucemias y en la que se van. Me aportaron una idea más materialista, somos pura química por dentro.
EliminarSaludos y gracias.
y de nosotras las abejas, ¿quién se acuerda?, ¿Sabe lo peligroso que es atravesar un río así con calma chicha, pero arrebolá, que el ambiente está eléctrico, y los peces saltan que te pillan al vuelo?, ¡¡¡para llevar ese poquito de polen a nuestros zánganos...!!!
ResponderEliminary va el tio Picho y se la lleva, y usted en vez de devolvérnoslas se la papea...,
Esto no es vida, me voy palemania a buscarme otros zánganos
..ya le cuentO
Tienes toda la razón, por un par de picotazos de abeja que se lleva uno en toda su vida, con todo lo que dan, qué mala prensa tienen las pobres!!!! Espero que el tío Picho, si existe, fuera ecologista.
ResponderEliminarSaludos y abrazos a todos.
Bendita sea la miel y bendita tu voluntad amigo, que nunca te falte ninguna de las dos.
ResponderEliminarPues que no falte el azúcar!!! como cantaba la negra en esos ríos salvajes que corren por tus carreteras rojas...
ResponderEliminar