LA MALDICIÓN HAITIANA

El duque Frechereau, opulento terrateniente y décimo tercero en el orden sucesorio al trono francés, sufrió la picadura de un avispón en sus nobles partes y, debido a la notable hinchazón, se desplazó en secreto a Turín para ser atendido por el más reputado urólogo. Mas, Adolfini a la vista del lastimoso estado de su miembro viril entendió que lo que allí había eran estragos de burdel, no de avispas y disculpó la falsedad como una manera de discreción desesperada. Dispúsose a aplicarle el método Fracastoro: emplastos de ácido sulfúrico y vapores mercuriales.

Emprendió el duque el retorno a París en peor estado en que lo abandonó. Nunca alcanzaría su lecho, agotaría sus días agonizando en una fonda de Dijon.

En sus postreros momentos de conciencia recordó entre sus numerosas amantes a la criada negra a la que tantos hijos no reconocidos había dado. Creo –se dijo- que al deshacerme de ella para mandarla a su tierra, desde la popa de aquel barco abarrotado, con toda la prole bastarda agarrada a su falda, sus labios trémulos no rezaban como pensé hasta ahora sino que me lanzaban una maldición.

--

Foto propia, avispón libando un lilo.

Comentarios

  1. Solamente quería felicitarte por tu blog. Entre de casualidad en tu casa. Enhorabuena por el desde "Panorámica Cazorlense", quizás pueda ser también tu blog amigo.

    ResponderEliminar
  2. Un puro divertimento.

    El método Fracastoro era real y, por consiguiente, provocaba más daños que beneficios. Hace siglos se mencionaba una frase "una noche con Venus te condena a una vida con Mercurio".

    La nobleza europea que se desplazaba al norte de Italia con toda la discreción posible para tratarse enfermedades venéreas también fue real.

    Y los abusos de las sirvientas...

    El resto, amalgamado, corrió a cuenta de mi imaginación.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Abraham, lo serás, además de por la calidad de los tuyos por el paisanaje: soy jiennense.

    Apenas tenga tiempo te enlazo y, supongo, que en pocos días ya podré comenzar a visitarte.

    Saludos y gracias.

    ResponderEliminar
  4. Estimado Goathe:
    Que bueno que vos tampoco te fuiste del todo y seguis escribiendo mejor que siempre. Me ha encantado la historia y siempre admiro ese don tuyo de la brevedad pero que abarca todos los matices necesarios.

    Saludos y excelente escrito este.

    ResponderEliminar
  5. Bellisima y sustantiva brevedad. Para mi, sos el mejor.

    Eso del mercurio me recordo un pueblo en Guatemala donde toman o tomaban capsulas de azogue (mercurio), para los males estomacales, no sabiendo que es veneno.

    Un dia escribire de eso.

    Abrazotes.

    ResponderEliminar
  6. Anónimo05:49

    Excelente post como siempre!

    Talvez saliendome un poco del tema preciso, recuerdo que en alguna oportunidad en el colegio, veíamos los métodos anticonceptivos de estos tiempos (presumo que en la época en la que esta, tu historia, se llevó a cabo) y me causó un poco de gracia e incredulidad que se utilizaban las heces del cocodrilo por ejemplo para colocarlas "allí" y que "supuestamente" era un buen anticonceptivo. Perdón por no investigar un poco lo de mi comentario, pero enseguida me recordé de esto y luego que lo busque, talvez te pongo un enlace... saludos!

    Ahhhh y no son pajas! jajaja

    P.D.: Te voy agregar a mi blogroll amigo. chau.-

    ResponderEliminar
  7. Ja, ja, ja... le está bien empleado!

    ResponderEliminar
  8. Al final, hay que tener cuidado y no hacer daño, porque la vida te devuelve todo y, nunca mejor dicho, donde más duele :). Besitos.

    ResponderEliminar
  9. JAJAJAJAJAJA!

    La vi! La vi!

    Bisbiseando sortilegios!

    jajaja

    Besos, Goath!

    Lindo texto!

    ResponderEliminar
  10. Goathe de mi alma, cada vez más barroco y con mayor dominio de la historia: me encanta cómo te dejas atrapar por ella y cómo adaptas el lenguaje a tus personajes y su época.

    ResponderEliminar
  11. Desde luego, se la merecía. Hace falta ser él mismo un bastardo para abandonar así a su prole y a la mujer que se la había dado. Encantadora entrada, querido amigo. Besos.

    ResponderEliminar
  12. Dispóngome ahora a dar los parabienes respectivos, por tan corta pero divertida historia.

    Dígome a mi mismo y repito alguna de tus palabras, que la literatura es catarsis, pero tambíen puede ser un puro divertimiento.

    ResponderEliminar
  13. Celebro tu vuelta y que el avispón resida en la foto y no vuele suelto por aquí.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  14. La doble moral del hacendado.
    Mas vigente que nunca.

    Bien se lo tenia este vato...asi nacio la mostaza de Dijon.
    Saludos mi cuate, bueno verte en las andadas otra vez!

    ResponderEliminar
  15. Una historia completa en pocas líneas, no falta de nada. Un saludo

    ResponderEliminar
  16. Muchas gracia, paisano, por el detalle del enlace en tu blog de "Panorámica Cazorlense". Yo también te enlazaré desde mi "Listado de blogs de amigos". Un saludo

    ResponderEliminar
  17. Seguro que la pobre...jamás le maldijo... pero lo cierto es que él mereció llegar a pensarlo por mamón... ja ja ja ja ja.

    ResponderEliminar
  18. Amigo,me ha trasladado a la más absoluta de las tradiciones de la picaresca española,al Lazarillo,a Quevedo...un relato de bellas formas y de significado envenenado...muy bueno.Me resulta curioso también le hecho de que, en el fondo,está contando intrahistoria,cositas que pasaban a nobles,aristocratas más allá de batallas,riquezas,etc...
    un lujo,desde luego.
    pd.La foto que tiene puesta en la plantilla es la del color del verano...luego ponga una blanca y azul y tendremos la trilogía de colores completa...
    un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  19. jajaja..eres tremendo! pero què mal se llevò el don fulanito, uff..

    Abrazos...

    ResponderEliminar
  20. Como dicen todo se paga, y a veces con creces, buena historia como siempre y dolorosa tambien, jeje.

    abrazos

    ResponderEliminar
  21. Magnífica foto que va muy bien con el texto; libar de lo prohibido que es néctar de vida. Un texto precioso, a mi entender,con su buena dosis de humor.
    A veces la fuerza de un gesto nos amenaza hasta lo más profundo de nuestro ser. Alguna vez, por motivos diversos, la intensidad de alguien, me ha creado la incertidumbre interior de un mal presagio y caer en esa trampa es tremendo.
    Creo que se murió antes de lo debido por creer en la fuerza del maleficio.
    Inuits

    ResponderEliminar
  22. Por acá se escucha mucho sobre ciertos maleficios y cosas espiritístas sobre estar con una mujer Hatiana (Voodo).

    Leía hace unos meses en un libro que se ha ido descubriendo que la sexo es una infección, aunque lejos de ser cierta, muchos naturalistas lo ven así.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  23. Me parecen buenísimos tus dos pàginas y me adhiero a los alagos de tus otros lectores: tu poder de síntesis es excelente y los agregados de tu fantasía-cosecha propia son totalmente críbles ( que me la comí doblada, vamos)
    Besos y felicitaciones
    Agur

    ResponderEliminar
  24. Entonces una sífilis la cogía cualquiera. Me refiero a cualquiera que estuviera en eso que entonces se llamaba "el mundo". Afortunadamente, costumbres y ciencia avanzan cada una por su lado, y ahora la cosa tiene su manual de instrucciones.

    Da gusto leerte y desde luego que te recomiendo que te tomes todo el tiempo que necesites para revisar y voltear tus textos. Con eso no sólo lograrás nuestros merecidos alagos, sino algo mucho más importante: que tú te sientas satisfecho de lo que escribes... y esto último ya sabes que es lo más dificil.
    Seguimos en contacto y espero poder escribirte pronto con más calma.
    Salud

    ResponderEliminar
  25. Entre lo real y lo imaginario tu creas un relato divertido y con él nos das una clase de Historia o de la vida misma en otros tiempos:):)

    Dos abrazos

    ResponderEliminar
  26. Vaya, a este le paso como a don Rodrigo, con la serpiente, que le pico donde mas duele...

    Ja, ja, ja

    Un saludo, amigo

    ResponderEliminar
  27. Tengo un libro de medicina antigua donde los metodos de 'cura' antiguos, algunos son mas que para curar, para despachar a mejor vida al paciente. Aunque este se lo tenia merecido, y ni siquiera muriendose le caia la ficha que no era una maldicion o que lo estaba matando sino sus actos..

    ResponderEliminar
  28. Depende como se vea, alguien dirá que obtuvo lo que se merecía, otros que fué un vil descuido.
    Saludos a España

    ResponderEliminar
  29. Muchas gracias por sus comentarios. Les quedo muy agradecido.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  30. Las maldiciones las buscamos nosotros...son la culapabilidad, por la reacción de nuestra acción.

    ResponderEliminar
  31. Las maldiciones las buscamos nosotros...son la culapabilidad, por la reacción de nuestra acción.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares