El cumpleaños
No le gusta mirarse en el espejo. Cuando lo hace, condena la orografía en que se ha convertido su rostro. El reflejo, de hiriente coquetería, lo alargará hoy varios minutos aplicándose una crema. Al hacerlo opina que su faz, tersa antaño, se convirtió en un mar encrespado primero y en una sierra después. Ahora ya es toda una cordillera telúrica con desfiladeros, quebradas y movimientos sísmicos. “Me hago tierra, seré tierra pronto” dice reprimiendo una sonrisa de asumida derrota.
El esfuerzo de verse merece la pena, no en vano hoy es su cumpleaños y su hermana vino a celebrarlo desde la capital. Recibe como regalo una cartera bordada que coloca junto al jarrón con gladiolos que ella misma formó a primera hora. La mesa parece otra con las flores, el regalo y el ayote en dulce encima. No le puso hule, le gusta ver sus desconchones y ralladuras, le traen a la memoria su pasado y piensa que los estragos son los mismos de su cara.
Se reparten, golosas, el dulce. Entonces su hermana le hace la pregunta:
- ¿Qué espero de la vida a estas alturas? Apurarla. Hasta la última gota. ¿Qué otra? La muerte me asusta pero supongo que cuando lleve un tiempecito enterrada le pillaré el gusto, como a todo.
Ríen y brindan mojando los labios en un aguardiente rebajado con agua. Un gato meloso se frota entre las piernas de las viejas. Esa noche las hermanas comparten la única cama como cuando eran niñas y se hacían confidencias de romances y seductores sueños.
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Foto: Fiamma (gracias), que está regresando.
Los rostros labrados por el tiempo me parecen muy atractivos. Tanto, que me merecen alta admiración en su particular y ganada a pulso belleza y, a menudo, ante una piel joven, lozana y fresca imagino cuan bella será si logra poder envejecer.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por la receta de ayote en dulce.
Susy, comparto el gusto por la belleza de unas arrugas bien llevadas; en especial aquellas que denotan que se ha reído mucho.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Gran relato Goat.
ResponderEliminar“Me hago tierra, seré tierra pronto” dice reprimiendo una sonrisa de asumida derrota.
Genial.
Me llaman mucho la atención los rostros ancianos, con esas arrugas que esconden tantísimas historias... y si además pudiera sentarme a escucharlas, mejor que mejor!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Parece mentira como pasa el tiempo y sin querer has vivido tu vida y solo te queda por delante esperar... tu que soñabas con amores como lo hacen la ñinas ahora.
ResponderEliminarHiciste que me acordara de mi abuela y su hermana. Podía pasar horas escuchándolas. En lo personal no entiendo a la gente que rehuye de la gente mayor, se puede aprender tanto. Me encanta la foto por cierto.
ResponderEliminarSaludos
El tiempo nos hace hasta la muerte. No escondamos las huellas.
ResponderEliminarJajajaa!! la frase es de una agudeza exquisita."Cuando lleve un tiempecito ya me acostumbraré y le pillaré el gusto"
ResponderEliminarEs un relato muy sensible, creo que cumplir años es hermoso, especialmente al pensar en la otra alternativa,pero ver los estragos de la edad tiene que ser algo desbastador. Debe tardarse un año entero en acostumbrase, y luego otra vez y otra vez y... Y GRACIAS A DIOS.
Un relato muy tierno y lleno de sabiduria, la de saber envejecer, sin temor, valorando cada día, cada gesto, cada arruga, cada cumpleaños...
ResponderEliminar¡Y que felicidad tener con quien compartir la dicha de existir!
Un abrazo.
Precioso, Goat...
ResponderEliminarMe llenó de ternura el brindis,
la cama compartida...
(Recordé lo mucho que extraño a mi hermana...)
besos
los surcos de la piel, son como los anillos del tronco del abedul..cuanto más profundo más experiencia... Felicidades...ojalá lleguemos a tener muchas arrugas...un abrazo
ResponderEliminarInteresante percepción de la vida y de lo que tiene que llegar irremediablemente.
ResponderEliminarMe ha parecido simplemente genial.
Un abrazo.
Soy nuevo en tu espacio, pero con tu permiso seguiré pasándome por aquí.
Me encanta esa forma sencilla y llana de afrontar el futuro y la muerte. ¡Y pensar que se acostumbrará a ella y hasta le gustará! Deliciosa esta anciana. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarMe ha encantado Goathe; es un relato precioso. No soy capaz de analizarlo (entre otras cosas porque no sé), pero cada frase deja unas impresiones pacíficas, pese al tema.
ResponderEliminarEntrar en la vida es un empezar a morir; y vivir es un aprender a morir. Como diría Kierkegard, la vida es una enfermadad mortal.
La muerte es una idea compañera que viaja en paralelo junto a nosotros. Es una potencia nuestra, en cualquier parte del mundo adonde vayamos. ¿Por qué le tendremos tanto miedo? ¿Te has fijado como al envejecer se nos va marcando la calavera? (Cielos, qué tétrico me resulta todo esto que estoy diciendo).
No obstante, confesaré que combato la orografía del tiempo con cremas, muchas cremas...
Para la ocasión te mando un saludo Vulcano: larga y própera vida (con dedos en v).
Muchas gracias por esta maravilla.
Que bonito relato, eso de hacerse tierra es como muy .... no sé romántico, cadencioso, entendible y tierno.... es una mirada a lo inevitable desde el sentido del humor y desde la ternura, me ha gustado y sobre todo esa noche que las dos vuelven a estar juntas como cuando chicas....lo cual demuestra que la edad, que los años, no nos cambian y seguimos siento como entonces.
ResponderEliminarUn abrazo
Un relato tierno y conmovedor, todo y que retrata esa vejez tan decrépita físicamente que tanto me asusta. Me da la sensación que está anciana vive arraigada a su tierra, a los lugares donde los mayores están activos, son útiles y son personas con grandes conocimientos del entorno. A mí me hace sentir como en casa cuando me siento a su lado y me explican sus creencias, sus vivencias, sus refranes, me alimentan. Dicen que de bien pequeña me sentaba al lado de la gente mayor, quizás es por tener la luna en la casa cuatro. Estas personas son tremendamente alegres y vitales.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la descripción de la cara,mucho.
Me asusta la forma de morir, no la muerte.
Inuits
Quiero envejecer teniendo a mis hermanos y papas cerca. Mis papas son gente joven hay una gran probabilidad que yo sea vieja al mismo tiempo que ellos lo son. Seria una bendicion. Bello relato. Muy conmovedor. Besos.
ResponderEliminarCada una de las arrugas de la cara de una persona tiene su historia por eso las admiro, por eso las respeto. De felicidad no salen arrugas, pero tu escrito es una combinación de ese respeto y de esa ternura con la que debemos mirar a nuestros mayores.
ResponderEliminarGracias por tu ayuda en el caso de nuestro común amigo.
Un beso muy grande.
Quizá está menos bucólico el blog, pero el lirismo de los textos sigue ahí, buenos textos master.
ResponderEliminarSaludos
(Me voy un poco... y casi me confundo alregreso... que un poco más, y no reconozco donde vuelvo...)
ResponderEliminarPor más que el tiempo surque nuestra piel y aparentemente apague nuestra llama... volvemos a ser aquellas niñas que éramos cuando compartimos los sueños en la cama... y eltiempo de ese momento...ese...nunca se acaba...
Mi rostro cada día se parece más a las sierras y valles de mi tierra.
ResponderEliminarComo la tierra, nuestro cuerpo se va curtiendo, no sólo con la lluvia, el sol y el frío, sino con vivir lleno de alegrías y penas , disfrutes y sufridas consecuencias.
Cumplir años , llegar a la otra orilla con la moneda por si Caronte aguarda.
Magnifica descripción en tu relato de lo que significa pasar mientras se vive.
Un abrazo y feliz cumpleaños -para cuando sea.
A mi mas que las arrugas (que actualmente no son consideradas algo valioso sino algo que debe esconderse si o si) me preocupa el deterioro del cerebro, de la cognicion. Para eso no hay estetica que valga.
ResponderEliminarPor cierto en la ahora 3a. entrada del blog, esta el ejemplar de Chorissia Insigne para ver; es un arbol autoctono tambien conocido como Palo Borracho.
Sé que te he tenido abandonado, pero ya sabrás que el gusto, y mas en estas fechas, no atrae. Pero me da gusto ver tu nuevo look.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo, pero no de vieja.
Veo ternura en tu relato, una muestra de afecto entre quienes han sobrevivido de entre los suyos al paso del tiempo, reflejado en aquellas arrugas.Todo lo vivido es nuestro mayor patrimonio, y de nosotros depende como lo hayamos administrado.
ResponderEliminarBonito cambio de cara a tu cuaderno. Magníficas fotos, como siempre.
Salud
Aceptar que uno se está haciendo "mayor" puede resultar duro, pero siempre se puede mirar de otra manera. De cualquier forma la realidad no tiene vuelta atrás.
ResponderEliminarcrecer bien y frondoso depende de la capacidad de perderle el miedo a la muerte. y habrá que apurar la vida, exprimirla. y con la muerte, seguir el consejo del poeta, JP Dardón: follársela cuando venga.
ResponderEliminarsaludos.
Estimado Goathemala,
ResponderEliminarMaravilloso relato como todos los tuyos... ;)
Gracias por tus palabras, tu aliento y tu apoyo... ;)
El toque que le diste a mi fotografìa la hace màs bella!!!
Ufff!! que te diré, me ha impresionado. Confieso que siempre que cumplo años me siento muy feliz ese día, pero últimamente ya he comenzado a estar más pendiente de que el tiempo pasa muy rápido.
ResponderEliminarGracias por compartir con nosotros esa capacidad de sentir lo que otras personas, como algo propio.
Saludos
holaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarque tal va el puente??'
si se aburren ay les dejo algunas cosas para ver y leer.
besos y cuidaddo al poner el arbol de Navidad!!!!
http://doblevitta.blogspot.com/2008/12/conexion-castilla-y-la-mancha.html
http://fotolog.miarroba.com/noecrof/
Caer esta permitido, levantarse es una obligación. By Noecrof
El tiempo Goathe...creo que nunca llegaré a entender su ritmo ni sus avatares. Calcular las esperas y siempre llegar tarde...
ResponderEliminarQue bien escribes y lo transmites. Mis palabras quedan cortas!
A mi tampoco me gusta verme en los espejos. La vida! La narras de manera interesante.
ResponderEliminarLa foto me gustó.
Abrazos amigo.
Que estampa! es que es un fotografia de estos lados, que nos recuerdan el saborcito a la vida.
ResponderEliminarBesos