EL ÚLTIMO TRABAJO DEL AFILADOR

Ocaso marino [1024x768] Con hambre de afecto, bicicleta derrengada y flauta de pan, alcanzó la polvorienta plaza. A la tonada de la melodía contestan el piar de los vencejos de la torre y el bullir sereno de las ollas en la lumbre. Herrumbrosos metales abandonan sus cobijos para chisporrotear en el esmeril.

Lagrimean los fatigados ojos del afilador, con incierto disimulo la manga izquierda se empapa para mostrar un hablar ameno y un rostro afable a los clientes.

Es su último día de trabajo. Ya no puede andorrear por los caminos con siete décadas a cuestas. Por eso hoy sustituyó la moto por la bicicleta de toda la vida y se engalanó con las mejores ropas. “Quiero hacerle los honores al oficio que me alimentó”, pensó al afeitarse.

Cuando termina reparte entre la chiquillería los mismos caramelos refrescantes de siempre pero esta vez con desmesura de final de los tiempos. Unos niños abandonan una Nintendo Ds Lite para saborearlos, el afilador sonríe imaginando que, esta vez, pudo con la tecnología.

La puesta de sol es acogida con dulzura por el pueblo blanco. Una bicicleta chirriante sortea niños con vapores de eucalipto en los labios. Su pasajero, con trémulo temor infantil, se aleja llevándose consigo hambre de afecto y siete décadas. No sabe adonde lleva el nuevo camino que llaman jubilación. Sin duda es el comienzo de algo nuevo dice a un horizonte naranja que, idílico y enardecido, le responde perfilándole la silueta.

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Foto propia.

Comentarios

  1. Estos días que estuve en mi pueblo recordé el sonido de la zampoña de los afiladores. Desde que inventaron el cuchillo afilado al láser fueron gradualmente desapareciendo.

    Los recuerdo muy bien cuando llegaban a la plaza. Al concluir regalaban caramelos de menta o paloduz (regaliz silvestre)a los niños. Dejaban el mejor recuerdo a su paso.

    Quizás por eso el sonido de la flauta empalagaba el aire y edulcoraba nuestros oídos infantiles.

    ¿Alguno de ustedes recuerda bien la melodía de esas flautas?

    Dicen que todavía quedan afiladores.

    Por cierto, la palabra zampoña o flauta de pan tiene una preciosa etimología. Era como los indígenas andinos llamaban a la palabra sinfonía.

    Saludos.

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  2. Hace quizá 2 o 3 años, todavía llego un afilador al barrio de mis padres. (Está casi en el monte, alejaíto de la bullicie de la ciudad). Creí que soñaba cuando oía eso que tocan para que la gente sepa que llegan...
    me llenaba de admiración imaginarme una vida y oficio bastante humilde, pero que tiene algo especial. ¿Quién(es) se lo reconocerán?. Ahora que lo que se valora y llena de admiración son esos trabajos en los que uno se forra... , el usar y tirar, la megaeficacia, y nada de cuidar más allá de lo muy práctico los objetos.

    Para mí tiene mucho más mérito este tipo de trabajo, o al menos lo veo valorable, lindísimo. Como los zapateros de toda la vida que arreglan con mimo-arte los calzados, y que ya tan poquitos quedan, porque apenas dá para vivir.

    Bonito homenaje Goathe ;). Abrazo afilado lo justito para que esté preparaíto.

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  3. Tocaré la zampoña a ver si se viene el Goathe-niño-que-fue. (No afilo cuchillos, pero compongo/afino brazos para dar abrazos, ¿valdría? ;) )

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  4. Lur, Carol etc... , sí. Siempre me atrajeron esos trabajos itinerantes y humildes. Mucho esfuerzo, mucha dignidad. Trabajo necesario pero humilde y escasamente remunerado. Se veía a la legua que no encajaba con estos tiempos tan dados al famoseo y a ganar el máximo sudando lo mínimo.

    Tienes razón, los zapateros van desapareciendo. Mi ciudad, con cincuenta mil almas creo que sólo tiene uno.

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    Saludos.

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  5. Mi amigo te robaste una estampa a la vida y a los recuerdos, en algun lugar de mi niñez tengo alojada esa imagen de un afilador en una bicicleta con su aparato a cuesta, quizas no como en España con musica de fondo.

    Relatas una imagen cotidiana de antaño preciosa y como la ubicas en contexto la hace mas valiosa ni que decirte lo relajante que puede ser.

    Abrazos!

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  6. Uno de esos sonidos imposibles de olvidar, como el del tapicero lanero, o el organillo de los domadores de cabras. Hoy las cosas se usan y se tiran. Así estamos...

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  7. Si que quedan afiladores, pero están más modernizados, han cambiado la bicicleta por una furgoneta y el sonido de la flauta es una grabación se oye por megafonía siempre con la voz perfecta, el mismo tono, sin variaciones, vamos que es un sonido que no se altera con los cambios de tiempo. Pero existen, en mi pueblo viene esa furgoneta todos los martes, si me acuerdo la proxima semana a ver si le saco una foto y te la paso para que la publiques, vamos si te atreves a publicar una foto sacada por mi, mira que soy un desastre en cuanto a la fotografía se refiere.

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  8. Deben haber desaparecido varios oficios ya. Por las calles de Santiago, en muy pocas eso sí, pues pasa más en regiones, pasa uno que otro afilador de cuchillos, con su usual silbato llamando a las dueñas de casa a salir. Pero eso, lo vi hace mucho tiempo ya.

    Muchos saludos Goathemala!

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  9. Este y cuantos oficios más se han tenido que jubilar?, y cuantos más tendrán que hacerlo?... en fin, un mundo o mejor dicho, una sociedad cambiante.

    En Guatemala también habian afiladores y tambien tocaban flauta para anunciar su llegada pero que yo sepa no regalaban caramelos.

    Me ha gustao mucho ;-)

    Saludos!!!

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  10. Tenía tiempo sin visitarte y al terminar de leer el post recordé porque venía a ver tus escritos, me gusta como escribes y como expresas lo que sientes.
    Estaré por aqui mas seguido.

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  11. Cromatica , sí, mi idea era precisamente esa. Sin duda conducida por la nostalgia. Todos esos mercados ambulantes siguen existiendo pero los itinerantes individuales y la profesión misma ha desaparecido o lo está haciendo. Gracias y saludos.

    J. Úbeda, recuerdo un grito de unos vendedores que vendían cal. Producto muy requerido en Andalucía con tanta casa blanca. También era normal los vendedores que publicitaban sus productos desgañitándose. Esos, siguen existiendo. ¿Seguiremos nostalgia alguna vez por ellos?

    Nerim, deberías ver mi cara. Me dejaste de piedra. es decir que se modernizaron los pocos que quedan. Desde luego si me mandas una foto la pongo. Es sorprendente y la música ¿se usa estandarizada y por megafonía? Saludos y gracias.

    Sofia, hola. Hará una década que vi el último y creo que fue por Madrid capital. Es el signo de los tiempos, no queda otra. Saludos y gracias.

    Scd, una de las cosas que más me gustaron de Guate es la permanencia de esos oficios antiguos. Imagina una futura Guate donde las tortillas no se hagan en comal sino en estandarizadas cadenas de producción. De momento es difícil imaginarlo ¿verdad? Saludos y gracias.

    Adriana, muchas gracias, este escrito nace de mi nostalgia, es cierto pero la mayoría son fruto de mi imaginación. Luego te visito. Saludos.

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  12. Goathe:
    Excelente relato. Me hizo recordar cuando una tía mayor nos cuidaba, al escuchar el sonido de la flauta nos ponia a correr para buscar los cuchillos y alcanzar al afilador.

    Gracias por transportarnos a estos recuerdos.

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  13. De chico se contaban historias de miedo con esas flautas.
    Bella foto, es inspiradora.
    Felicidades

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  14. Acá todavía quedan, también con sus bicicletas.
    Qué será sin estos recuerdos?
    Me gustan tus recuerdos escritos.

    Por cierto, me encantó tu texto en Mujeres de Roma, muy sentido, muy logrado. Te felicito.

    Abrazos.

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  15. pucha, si me olvide de cargar un castaño en el cliper, no? Bueno tambien podria estar en una pradera eliseica, feliz de la vida, ¿no?

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  16. Cuántos recuerdos! Por mi vecindario, en Caracas, pasaba siempre el afilador, con su armónica produciendo un sonido irrepetible, avisando que llegaba... iba a pie, siempre con una sonrisa en los labios y su voz cantarina diciendo "afffiladorrrrr"

    Hermoso, querido Goathemala, ¡gracias! Siempre que vengo me llevo el corazón lleno de sonidos, de colores y de ternura :)

    Un besito!

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  17. Bello y triste relato.
    A veces con la GENTE se jubilan los Oficios, del ultimo que me acuerdo, era un ambulante que pasaba los lunes Multifacetico que tapaba hoyos en las ollas, cortaba pelo, mataba cerdos,vendia trampas de ratones y escribia cartas a los enamorados que no sabian leer (como un secretario de amores).

    Saludos.

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  18. Son sonidos y oficios entrannables que se van con la globalización y lo desechable. En mi casa, desde que puedes comprar cuchillos por casi nada, y desde que no cuentas con un afilador que pase con certeza, se afilan como se puede, o se compra uno nuevo!!!! es bien triste.

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  19. Zampoña... me gusta!

    Pues hace relativamente poco tiempo me crucé con un afilador así que todavía quedan...

    Bonito atardecer :)

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  20. Aún, en mi pueblo, de vez en cuando s eoye la flauta del afilador, éste, en su pequeña moto, callejea en busca de clientes.
    Siempre que lo escucho, recuerdo a mi abuela. Ella, cuando lo oia, se ponía sobre la cabeza un trapo y danzaba; decía que eso traía buena suerte... Yo, a veces, cuando la suerte me es esquiva, al oirlo, hago lo mismo:):):)

    Me encantó tu relato. No sabía que esa flauta se llamaba zampoña.

    Dos abrazos

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  21. Me llamó mucho la atención que usaras la palabra zampoña...nunca la había oído aquí. Mi marido que es peruano la usa mucho. Zampoña.

    Qué texto tan guapo. Un homenaje merecido a los afiladores. Sí quedan....en Madrid, en mi barrio, oigo a uno cada mañana.

    Es un poco la esperanza en forma de sonido. Algo que nos dice que no todo cambia, que hay cosas mágicas que permanecen.

    La frase desmesura de final de los tiempos es un brillante.
    La sonoridad del texto, un regalo...

    Mil cariños, Goath!

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  22. Varias aportaciones:
    -Quedan afiladores...te lo afirmo, pocos pero quedan...claro ahora más sofisticados..
    - Zampoña: escuche esta palabra leyendo Crónicas de Narnia, es una especie de flauta mágica.


    Se la merecía, la jubilación tras 7 décadas o no?

    Un saludo

    ¿De que pueblo se trata?

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  23. Cada vez afinas m�s en los aspectos po�ticos de tus historias. Una historia �sta llena de afecto y melancol�a, de anticipo de un adi�s que a todos nos llegar�. Felicidades. Un abrazo.

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  24. No hay sonido en el mundo con el que me sienta más en casa como con el afilador, en Venezuela le decimos amolador, un día mi padre compró un aparato que afilaba los cuchillos y yo me puse muy triste porque le quitaba el trabajo a ese hombre que venía casa por casa, siempre me sentí mal por aquello, lo bueno es que en el edificio los demás si requerían de sus servicios. Esos oficios que tu nos redescubres, me encantan Muchos besitos Goathemala.

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  25. El afilador... había uno que siempre afiló los cuchillos a mi madre en casa, y tu escrito me trajo también a la mente la cara y figuar de aquel hombre en su bicicleta y observand el cuchillo de ambos lados sin parpadear.
    Cuántos trabajos humildes han tenido que hacer tantas personas, y que un día eran parte de nuestra vida. Me recordástes a los que gritaban: "Latas, Papel y botellas" en Guatemala, que también formamban parte del gremio del afilador.

    Saludos amigo!

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  26. Yo sí recuerdo el sonido de los afiladores, pero nunca vi uno de cerca, no creo que fueran tan amistosos (o eso se me antoja) como el de esta historia, o el de los recuerdos de tu niñez.

    Esperemos que este afilador disfrute de su merecido descanso.

    Un saludo, excelente fotografía para acompañar la historia.

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  27. Paso a dejar un saludo, esperando que todo esté bien por esos lados. Mucho frío, me imagino..

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  28. La recuerdo perfectamente, y es más, por la zona donde yo trabajo, aún, puntualmente, aparece alguno... y te juro, que en cuanto lo escucho, salgo como una loca a asomarme para volver a encontrarme con aquella silueta de la que tan solo tengo recuerdos contados, pro de la que jamás olvido el sonido...

    Y que agradable sonrisa con sabor a menta deja tu relato, que hermosa postura de Celebrar una Fiesta por el cambio de estado, y que hermosura valorar el proyecto de emprender un nuevo camino con 7 décadas... eso es dejar buen sabor te lo aseguro.. pero muy buen sabor :)

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  29. Hola, Goathemala:
    Soy afortunado porque hayas regresado a mi cuadernito. Quizás no sepas que desapareció con todo su contenido, y lo que es peor, con los comentarios irrecuperables, en diciembre pasado. Amigos me ayudaron, y mucho, a recuperarlo, pero he estado sin muchos enlaces durante un tiempo. Por fortuna, ya he dicho, has pasado por casa y ello me ha permitido re-encontrarte.
    Eureka.
    Qué sorpresa, también, encontrar esta entrada, prima hermana (si me permites) de esta otra que publiqué en mayo de 2006, y que habla en corto sobre EL ÚLTIMO...
    Espero que te guste.
    Abrazos.
    :)

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  30. Qué dulzura hay en el relato, se desliza serenamente, como si ya todo estuviera cumplido. Me emocionó muchísimo. Un abrazo

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  31. Linda historia, muy dulce. Me encanta como manejas tan perfectamente las figuras.

    La foto es un sueño!!!

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  32. El Afilador:
    Tengo amigos de muchos países y curiosamente cuando platicamos de nuestra niñez aparece siempre el afilador.

    En Guatemala, también tapan ollas, y ese sonido es inconfundible, me regresaste a mi cercana niñez.

    Abrazos

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  33. Naranja como todo momento que sabremos que recordaremos como "esa última vez".

    El silbido del afilador era uno de los únicos sonidos que no me molestaba que me despertasen; qué pena que haga ya tanto tiempo que no se deja pasar por aquí.
    Será que a la gente le ha dado por comprar cuchillos japoneses; de esos de titanio.

    Un placer. Saludos.

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  34. Por Madrid aún hay afiladores. Es curioso ver, por el mismísimo centro, como un hombre en bicicleta se para en la acera y se pone a darle vueltas a la máquina afilando un cuchillo, es como si en ese cachito de acera el tiempo hubiese ido hacia atrás.

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  35. Todavía recuerdo el sonido de la flauta de afilador que pasaba por mi barrio,pero si te soy sincero me has traído a mi mente al vendedor de cortes de helado.Con su bici-carro y su sombrilla.Ahora ya no veo ni a uno ni a otro y parece que la alegría de la niñez se la llevó algún ogro capitalista.Un gusto leerte.Salud¡¡¡.

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  36. Ya es raro escuchar por las calles el sonido de la faluta del afilador; por aquí aún suena muy de vez en cuando, y seguramente es una tontería, pero me produce paz, la sensación de que todo está donde debe, de que todavía no se ha perdido todo. Es una sensación confusa... Supongo que es porque ese sonido me ancla a uas formas de vida que fueron las mías y que ya se están perdiendo.

    Precioso texto, Goathemala, realmente precioso. Besos.

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  37. Anónimo16:00

    Intentamos fijar el tiempo, intentamos fijar el entorno, intentamos fijar las circunstancias de nuestra vida, intentamos fijar un estado de juventud, intentamos fijar...

    En el más cambiante de los entramados posibles, este universo

    felizahora

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  38. Haber tenido esa foto de la caverna con ese hielo!!!
    la verdad me podri de ver fotos de cuevas varias hasta que di con la que me gustaba. pero la verdad es que odio el frio, no me gusta nada, aunque el sol sea mi enemgigo.

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  39. Gracias por sus amables comentarios. Espero poder responderles y visitarles en los próximos días.

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    Saludos.

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  40. El "afilador y paragüero" me trae gratos recuerdos infantiles. Yo siempre los recuerdo como hombres de bastante edad. Es uno de esos oficios ambulantes que en España tienden a desaparecer.

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  41. Qué alegría ver a guardafaro y a ti escribir sobre lo mismo. Hoy me paso a visitaros y estais los dos con recuerdos preciosos. Un abrazo.

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  42. Anónimo16:40

    Me encantó la historia y el apoyo de la foto es excelente. Muy bien tomada por cierto.
    Un abrazo desde Guatemala

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  43. ¡Entrañable figura la de los afiladores!. Vinculados a mi infancia están aquellos famosos afiladores de las montañas de Lugo y Orense que "bajaban" a las ciudades y aldeas del litoral de cuando en vez y se anunciaban por calles y plazas con el sonido característico de una peculiar flauta.

    Pero uno tras otro se han ido jubilando y desapareciendo de la escena cotidiana.¡Son otros tiempos!.

    Un saludo.

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  44. Hola, entro por primera vez en tu blog, y lo que he leido , me gusta.
    Por un momento he retrocedido unos años y he "escuchado " al afilador.
    Creo que es bueno recordar y dar a conocer-es parte de la historia-.
    Saludos

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