EL MERCADO DE CRIADAS
Carga unos ojos de ceniza seca, un talle espigado y algo raquítico, unas manos agrestes de faenar el campo, unos lacrimales obstruidos y dieciséis años.
Abandonó su morada en la última luna llena apremiada por su padre al no poder alimentarla. Ha recorrido dos mercados de criadas donde pasó desapercibida. Está en el tercero, en la ciudad de Montauban. Ha olvidado sus últimos alimentos ¿Acaso un mendrugo duro y una zanahoria terrosa? Retiene, sin embargo, lo consejos de su madre para escapar a la mendicidad y la prostitución, las normas básicas para agradarlas, el porte sereno, la reverencia honesta, la palabra contenida, el delantal limpio, la mano discreta que tape el zurcido.
Prendidas de los brazos de sus maridos las señoras entablan parcas conversaciones con las fámulas. Nadie repara en ella, hay quien la ve demasiado bella para meterla entre las mismas paredes del esposo; otras la miran desaliñada, sin cofia y temblorosa.
Cuando daba todo por perdido una vieja elegante y achacosa se acerca y apoyándose en un bastón de plata repujada le planta las narices en su pecho.
- Hiedes a col hervida - le asesta -.
- Es cierto señora pero no es mi natural olor, sino la consecuencia de mi trasiego.
- Y bien, qué sabes hacer. ¿Prepararías una asado de pavo ahumado?.
Tiembla. No conoce a ese animal, una epidemia mató a todos los de su condado.
- No señora. Podría aprender si alguien tuviera el gusto de instruirme, además soy diestra desollando liebres – balbucea -.
- No hay hombre en mi casa que nos provea de caza. Así que aquí quedas chica.
Suspira. Unas agujas se le clavaron en el paladar. Cuando el bastón de las señora resuena alejándose se sorprende a sí misma exclamando.
- ¡Y poseo la extraña habilidad de pelar cebollas sin llorar!
La señora se vuelve intrigada y divertida.
- ¿Sí? Tendremos que verlo. Esta es mi ama de llaves, quedas a su disposición. Lo primero que harás será asearte, no permito que entre nadie en mi cocina sin estar pulcro.
Van en un carro repleto de hortalizas del que tira un buey adormilado, la señora ha partido antes en una calesa con cortinillas rojas impulsada por dos alazanes enjaezados. Mientras frota una calabaza se estremece imaginando el placer del agua limpia y el jabón espumándose por su cuerpo. Sabe el alborozo que sentirá su madre y rememora el día en que, apilando estiércol, se le infectaron los ojos y, ni las friegas de agua con sal, ni los baños de manzanilla, le restituyeron la inflamación de los conductos acuosos.
En su despedida el sol dora los campos, suaviza los rudos rasgos de los campesinos, difumina los contornos de los bosques y, con su último brillo, trepa al carro y en el cabello de la nueva sirvienta trenza una caricia de luz hecha garabato.
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Cuadro: Madame Ingres (Madeleine Chapelle). Ingres natural de Montauban, tras varias relaciones fracasadas, contrajo matrimonio con la señorita de la imagen, una sencilla costurera y sirvienta. Fue su inspiración y apoyo.
Texto que es fruto de muchas ideas inconexas que me afloraron en la última semana. He sentido ternura por esa niña que busca un medio de subsistencia, un personaje que nació tras ver una ilustración de inicios del XX donde todavía existían estrambóticos mercados de criadas.
ResponderEliminar¿Existen hoy, de otra forma pero con identica precariedad, mercados de criadas?
La palabra fámula es muy curiosa porque de ella deriva familia, término que en sus inicios describía el conjunto de sirvientes o esclavos. ¿Tal vez por la hermandad que nacía de su situación?
ResponderEliminarSaludos.
Acá en Guatemala es parecido, algunas personas ven a las empleadas domésticas con desprecio; aunque en la universidad me decian que el servicio doméstico era catalogado como explotación, me he visto en la necesidad de acudir a ellas porque he adquirido multiples compromisos, he tratado de hacerlas sentir como en familia, pidiendo las cosas por favor y al final agradeciéndoles por lo que hacen.
ResponderEliminar¿El cuento es de vuestra inspiración?
Saludos cordiales a la madre patria,
Sí, está escrito por mí. Espero te gustase o te entretuviera.
ResponderEliminarSigue existiendo el mercado de criadas, siguen existiendo los mercados de esclavos, que peor que antes, no saben que lo son y cuando lo saben se les acaba el alma...¿ o alguien puede vivir y tener una vida con 140 euros al mes que es más o menos el salario mínimo en México?
ResponderEliminarUn abrazo grandeeeeeee
Me ha gustado mucho el relato :)
ResponderEliminarMuy hermoso, Goathemala. Encuentro muy elegante tu prosa. Me traslada a esa época. Muy visual. Pensaba, al leerlo, en "la chica de la perla".Saludos!!
ResponderEliminar¡Esa creatividad es envidiable!, clara que me gusta.
ResponderEliminarAbrazos fraternales
Un relato digno.
ResponderEliminarAbrazos
Yo tambien confieso que al leer tu relato me dibujo a "Chica con arete de perla" de Vermeer.
ResponderEliminarTienes una sutileza muy personalizada para recrear ambientes y personajes en cada relato!
y me encanta!
besos y abrazos amigo
Hola, lo de la similitud con la chica de la perla es una acto intencionado que hice al final.
ResponderEliminarEn realidad este relato lo provocó una ilustración y una frase de Galdós:
"La muchacha era una alcarreña de esas que acababan de llegar al mercado de criadas, y traía frescas la rudeza del pueblo, la suciedad, la torpeza de manos y de cabeza."
La desheredada Cap. VIII.
Terminado el relato y descartado el final triste que pensaba utilizar me puse a la ardua labor de encontrar una foto. Ninguna de Flickr me convencía. Así que opté por buscar fotografías de cuadros incluso de Vermeer. Recordé que Inges era natural de Montauban. Leí algo de su biografía y allí descubrí el nexo.
En realidad creo que Madeleine Chapelle nunca fue criada de Inges pero sí tuvo el adelanto a su época de desposarse con una señorita humilde con la que fue feliz.
Por cierto, escogí Montauban como lugar del mercado de criadas porque es allí donde remitimos ahora todos los camiones de mi trabajo.
Símbolismos por todos lados.
Saludos.
Exquisito y creativo... muy bello.
ResponderEliminarMi cariño desde Buenos Aires.
MentesSueltas
Por supuesto es arriesgado generalizar pero también conveniente. Aquí dentro de la dispar situación de las criadas, las que peor están, con diferencia son las internas (aquellas que duermen en la casa en la que están contratadas).
ResponderEliminarCasi ninguna tiene documentos y valiéndose de su necesidad es muy frecuente que su sueldo oscile entre los 400€ y los 700€. Se argumenta que es bajo porque tienen la comida pagada y el techo donde dormir. Lo que olvidan es que nada más disponen de 14 horas semanales enteramente libres para ellas.
Conozco varios casos en los que los contratadores se hacen llamar "Don" o "señorito" por sus empleadas para marcar distancia y creerse especiales. Y en ocasiones las que los atienden están mejor formadas que ellos.
Con lo de la especulación inmobiliaria masiva tenemos muchos arribistas que se creen una nueva casta.
Sobre ellos, criaturas de esta última década, no hay todavía una novela digna.
Afortunadamente no todos los casos son así.
Saludos.
Precioso... y como la necesidad agudiza el ingenio, y convierte un defecto, un problema... en un don.
ResponderEliminarMe ha encantado :)
Me ha encantado. Es delicado, tierno, bello, ingenioso y obliga a reflexión. Excelente.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Un beso desde la Enterprise.
Hermoso el relato y múltiples sensibilidades en él y los comentarios. Por nuestra parte (mi familia) hicimos un serio esfuerzo para que nuestras empleadas fueran parte de la familia, que se sentaran a la mesa con nosotros... fracasamos; no les gusta. Resultado: no tenemos ayuda doméstica porque nos duele tener con nosotros personas que la cultura ambiente y hasta ellas mismas se definen así. Gonzalo.
ResponderEliminarLamentablemente existen en distintas formas: por aqui, las colectividades que vienen en forma ilegal se amontonan en una plaza determinada y esperan que vengan los eventuales patrones a contratarlos por sus habilidades y menor precio. Tambien abundan los denominados 'talleres esclavos' donde la gente vive y come al lado de las maquinas de coser, trabajando mas de 12 hs. al dia, y para las marcas mas caras en los mejores malls.
ResponderEliminarGoathemala, cómo no sentir ternura por ella! Me has hecho recordar esa película hecha en base a la historia que rodeó la pintura de la "La joven de la perla", de Vermeer. Las has visto? Si no, te la recomiendo de todas formas, es maravillosa, cada escena un cuadro, una pintura.
ResponderEliminarEsas palabras que has escogido poner en "negrita" en tu texto hablan mucho de esa época, la pobreza y los olores, te transportan con sólo leerlas.
Me gustó mucho la ocurrencia con que sale la niña, sobre pelar cebollas, preciosa y con eso, repito, cómo no sentir ternura por ella!
Muchos saludos!!
...si es verdad que lo de la esclavitud se supone abolida , pero hay trabajos que acaban siendo igual de esclavizantes ... y no hay que mirar nunca muy lejos para encontrar ejemplos
ResponderEliminarSí existen mercados de criadas, triste pero real. Escuché en un blog que una mujer que se mudó a Miami se había llevado a la señora de servicio de Venezuela, la mujer al final se le escapó (se habrá ido con otra que le tratara mejor). Es triste, pero esto sucede. Un beso.
ResponderEliminarA mi tu historia me conmovió. Besos
ResponderEliminarPues claro que siguen existiendo los mercados de criadas y desgraciadamente con identicas precaridades.
ResponderEliminarExcelente historia, de verdad que tienes talento para esto, siempre es un placer leerte.
Saludos!!!!!!!!
Existen grandes mercados de criadas hoy en dia..aún, existen grandes mercados de grandes mujeres que se aferran a cualquier desesperación de lo que la vida les ha dado para vivir, con otro carisma podría ser un relato para hoy de no solo uno, ni dos países, ni lejanos tampoco.
ResponderEliminarY me rio del que venga a contarme que eso se abolio o sera abolido pronto. Mentira.
Como siempre, vengo, leo y reflexiono con lo que escribes, a veces con sonrisas y me voy al mundo de las fantasias, a veces tengo que reflexionar con recuerdos que queman.Pero siempre acabo reflexionando aqui...importante eso.
Abrazos, grandes.
Me ha conmovido la belleza, fragilidad y fuerza de esta mujer, su sinceridad. El imaginarse el privilegio de un banho,.. tus relatos realmente transportan en el tiempo, en el espacio, a otros mundos. Bellisimo.
ResponderEliminarTus letras provocan placer al ser leidas, tu imaginacion nos lleva a rincones que no hubiesemos pensado visitar, excelente post.
ResponderEliminarsaludos amigo Arbol
Yo conozco y he conocido a muchas como ella. Es una pena, que en la actualidad aun haya personas que e aprovechen de la pobreza para humillar.
ResponderEliminarEl relato esta fascinante. Me encanta. Lo pude leer, viendo pasar la pelicula!!!
Y que paso con la cebolla?
Es terrible, esa sensación de ser escrutado, examinado, para obtener un trabajo del que vivir. La vida de las criadas debía ser dura, pero más todavía la de aquellas criaturas que se exponían al público para que las contrataran y sufrían una diaria decepción. Una historia muy bella y conmovedora. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarAndo inmerso en Macondo por cuarta vez mi estimado Goathe, coincido con Ursula Iguarán, el mundo da vueltas y las situaciones se repiten una y otra vez.
ResponderEliminarAcá la situación es dura para las mal llamadas "muchachas", vienen de los pueblos, siendo aún niñas y son tratadas muy mal en la mayoría de casos, sin acceso a educación y viviendo aparte de los "patrones".
La esclavitud continúa estimadísimo amigo, con otro nombre.
Todo ha cambiado y todo sigue exactamente igual.
ResponderEliminarMe gustan las atmósferas que creas, me dejan un raro sabor y mi ojos mirando más allá de las nubes grices del verano.
Todo lo mejor para ti.
con la puesta de sol,salen las sombras como los personajes de los que ha marcado la silueta...
ResponderEliminarlo que más me ha gustado es ese poso que deja...quedo pensativo,piensa uno en la sociedad de la época,en el modo de producirse las cosas en esa sociedad...piensa y queda pensando al ritmo de ese buey adormilado que nos deja a las puertas de una cocina...
un fuerte abrazo
tu abrs la puerta a un pasado posible y nos regalas su historia...eso es un don. te abrazo
ResponderEliminarpasando a saludarte, un aBRAZO
ResponderEliminarQ deleite para el alma es leer tus relatos, amigo mio...saludos
ResponderEliminarLos campos, las plazas de mercado, las ferias tienen rostros que encarnan historia... Hace un poco más de un año estuve en una feria ganadera, muy a las cuatro de la mañana las reces y comerciantes llenan la pequeña plaza principal del pueblo con sus animales, todos con ruanas y sombreros… me evocaste esa escena, el olor a sudor de animal, tierra y comida, pareciera que me es un recuerdo directo…
ResponderEliminarMe sorprende como n tan pocos párrafos logras crear la atmósfera y la idea de tu escrito.
Un abrazo Pedro.
Soy rafico…
ResponderEliminarMe encantan tus historias recortadas del tiempo. Posees un gran don. Yo lamentablemente ni las cebollas puedo mirar siquiera sin llorar, sólo me las mencionan y mi lágrima cae condicionado como los perritos de Pavlov. Já!
ResponderEliminarun Abrazo
Giuseppe
Disculpen que no pueda responderles ni visitarles en sus espacios. Tengo un pico de trabajo avasallador.
ResponderEliminarEspero disponer de algo de tiempo en unos días; en cualquier caso, en un par de semanas llegará de forma casi drástica la calma. Entonces, confío ponerme al día con todo.
Saludos.
Cualquier trabajo es sagrado siempre y cuando sea honesto.
ResponderEliminarLa humildad es una virtud de pocos, que se aprovechan muchos.
Brillante Gohatemala!
"En su despedida el sol dora los campos, suaviza los rudos rasgos de los campesinos, difumina los contornos de los bosques y, con su último brillo, trepa al carro y en el cabello de la nueva sirvienta trenza una caricia de luz hecha garabato."
ResponderEliminarGoathemala, gracias por otro relato inigualable, me ha fascinado!
No te preocupes por no poder visitar, yo he venido casi todos los días y he disfrutado de tus escritos y tus visitantes. Un fuerte abrazo, eso sí, no te olvides de parar a oler las rosas de vez en cuando...
:) Besos
Con una jornada de tantas horas de faena, no se quien es mas criada, si yo, atada a la Pc y los vaivenes del comercio, o Sara, que viene dos veces por semana a mi casa. En general esta sola, con los gatos que la adoran, cobra en regla, no esta en negro, tiene su servicio medico y para su cumpleaños siempre le compro un regalo especial para ella. Lo menos que se merece por tener mi casa en orden, aunque ella valora mas los mimos de Lizzie.
ResponderEliminarHola pasaba a saludar y dejar mi cariño.
ResponderEliminarMentesSueltas
Un abrazo Goathemala, ojalá que hayas descansado algo este finde y que tengas muy linda semana.
ResponderEliminarBesos
Hola! Este relato es muy triste. Yo veo en mi país cómo se apreovechan de cierto grupo. Ya no hay "criadas" pero existen étnias, a las que se esclavizan.
ResponderEliminarAntes era a los coreanos. Ahora, los coreanos esclavizan a los bolivianos y peruanos.
Existen espacios clandestinos donde se consume la mano de obra barata... Y se comsume la vida también.
Tu criada tuvo mas suerte.
Un abrazo, arbolito! :)
Un viaje al pasado, por un momento me vi paseando o, por qué no? esperando ser contratada en un mercado de estos...
ResponderEliminarUna delicía de relato. Ingres, otro de mis pintores favoritos.
Dos abrazos