CUENTO PARA DESPERTAR PRINCESAS
Cuando el desánimo hizo presa en los habitantes apareció un joven caminante muy humilde que aseguro disponer del método perfecto siempre que le dejaran emplearlo tres días seguidos. El monarca accedió pues nada tenía ya que perder.
Aquel muchacho aprovechó la hora azul, en que el sol se escondía y las plantas desplegaban su manto aromático, para susurrarle historias a su delicada oreja. El cuento del pérfido Cremonte que varió su carácter cuando encontró un cachorro abandonado, el de la bella Irasmín que descubrió un universo trasparente en una gruta, el del intrépido Nicolás, el grumete que encontró un tesoro. Historias inconclusas que reservaban el final y que terminaban con la misma frase "para averiguar el resto, mi princesa, será necesario que salgáis de este letargo y, muy complacido, le contaré el desenlace".
El caminante sabía que la curiosidad era tan poderosa como para enemistar familias, disolver amores, fundar religiones y conquistar imperios. Despertar a una princesa sería sencillo.
Efectivamente tras tres días y cuarenta y nueve historias sin final, la princesa abrió sus ojos desperezándose. El apuesto príncipe azul, que tantos besos le había dado, corrió a abrazarla pero ella rechazo el abrazo y corrió hacia el muchacho.
- Caballero, seas quien seas, me es preciso conocer de inmediato el desenlace de todas esas historias y de cuantas otras conozcas.
Esa misma noche la princesa se fugo con el caminante internándose por trigales infinitos y despreciando la recompensa.
Desde aquellos lejanos tiempos los reyes, los príncipes y todos los poderosos desconfían de los contadores de historias y de los escritores de cuentos. Teneos por avisados si sois gente fabuladora y presta a usar vuestra imaginación.
La pareja vivió modestamente en un extraña isla donde sus moradores hablaban nuestro idioma pero con una única vocal que cambiaban cada noche. Por cierto, a esa misma isla llegaría meses más tarde una golondrina herida con un mensaje cifrado en su patita. Y curiosamente era de....
Me temo que abuso de su tiempo, tal vez será mejor que atiendan sus asuntos, salgan de sus ocupaciones y, muy complacido, les contaré el desenlace.
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A mi sobrina Yana.
Foto: propia, Jardín del Principe, Aranjuez.
Precioso cuento!
ResponderEliminarJajajaja Goathemala que malo eres! Tendrás príncipes y princesas esperando el desenlace.
“Aquel muchacho aprovechó la hora azul, en que el sol se escondía y las plantas desplegaban su manto aromático, para susurrarle historias a su delicada oreja.”
Y que bien has escogido la foto que describe la escena, bellísima imagen del cielo azul reflejado entre tantas plantas tan hermosas!
Un placer leerte :)
Abrazos
Curiosamente coincidimos en eso de la curiosidad, valga la redundancia. Ella nos pierde, crea conflictos y nos desorienta: ¿hacia dónde ir?. La curiosidad abre encrucijadas a nuestro entendimiento, haciendo que en muchas ocasiones perdamos el rumbo de nuestra navegación. Así es...
ResponderEliminarRecibo todas tus comentarios, amigo, también los del antiguo cuaderno.
Gracias por tu interés.
Un abrazo
Salud
Gracias Luz. Es un despliegue imaginativo. La foto es de este pasado domingo en el Jardín de la Isla en Aranjuez. Un apacible paseo donde si un gnomo se nos hubiera cruzado ni me hubiera extrañado.
ResponderEliminarCharles, la curiosidad originó el inicio de varias religiones. El árbol, aquella manzana ¿qué escondían?. Nos pierde y nos dejamos perder. La inquietud, los viajes, el conocimiento no serían iguales sin curiosidad. Poco a poco avanzo en tu fascinante mundo, gracias a ti.
Saludos.
Muy bien, ya sali de mis quehaceres, ahora quiero el desenlace.
ResponderEliminarSiempre maravilloso lo qescribes...saludos
ResponderEliminarFicción? y gran verdad!
ResponderEliminarla maravilla de la palabra. Qué belleza!
Aunque no he terminado mis deberes,yo tambien quiero saber el desenlace.
ResponderEliminarPienso que sin la curiosidad todavía estariamos viviendo en las cavernas.
Me ha encantado el cuento y la foto, excelente.
Un fuerte abrazo
Nerim
¡A chin!... está interesante, ya me desocupé, no te preocupes por mi tiempo... ¡desenlace ya!, jajaja.
ResponderEliminarSaludos!!!
Hola, en realidad el final fue un artificio para despertarles la curiosidad. Una de las potencias humanas, motor del conocimiento y modeladora del mundo.
ResponderEliminarEscribí este cuento pensando en mi encantadora sobrina que está cautivada por ese mundo de princesas tan propio de Disney pero a la que enredo con historias variopintas.
Saludos.
Qué hermosa historia!!! Y es verdad, la curiosidad es capaz de muchas cosas. Esta vez, te sirvio para que yo olvidara un rato mis preocupaciones. Gracias.
ResponderEliminarDate una vuelta por mi blog, esta semana hay algo dedicado a ti.
Un abrazo.
estare esperando la siguente parte!... super buena la historia, me imagino que dara mas en la segunda parte.!
ResponderEliminarsaludos coordiales!
p.d. aqui siempre se respira aire fresco!
Ay querido Goathemala, como me ha emocionado esto. Aunque no lo creas, en mi familia llena de mujeres, hay una tradicion de contar historias a las ninhas a la hora de dormir pero en cuotas. Nos incentivaba la imaginacion y la curiosidad y todo por obra y gracia del mago de mi viejo. Ahora mis hermanas y yo lo hacemos con nuestras hijas. Me hiciste recordar, llorar, reir y admirar aun mas tu espacio con tu post. Te dejo un fuerte abrazo.
ResponderEliminarVaya, nos dejas con la miel en los labios, no hay derecho, ea...
ResponderEliminarLa curiosidad mató al ratón, dice el refrán. No sé si soy curiosa o no, la verdad es que me gusta saber, aunque infinitamente menos, preguntar.
Dos besos o cuatro, a pares
Y entonces?....deje todo y aqui estoy!
ResponderEliminarRealmente me volvi a sentir niña, esos bellos cuentos que nos hacian crear otros entre juegos imaginarios!
Pocas personas tienen la capacidad de transportarnos de esa manera que tu la haces! te felicito!
Casualmente esta mañana leia acerca de las hadas y esa foto transporta al igual que tus letras!
besos y abrazos.
Qué lindo cuento... y buen final, si es que a eso se le puede llamar final, jajajaja. Resulta parece. Me vas a tener más pendiente aún para la otra entrada que escribas.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Me ha encantado la historia, y me siento muy identificado con ella, pues soy sumamente curioso.
ResponderEliminarCuando alguien me cuenta algo y lo deja inconcluso, no paro de molestarle y rogarle que termine de contar esa cosa misteriosa que yo no sé.
Por cierto, la foto es preciosa.
Lo mejor que has escrito hasta ahora, ¡guachi!
ResponderEliminarun beso grande,
atticus
El relato me ha encantado, y sí, me atrapaste, vuelvo siempre llena de curiosidad para saber cada uno de tus desenlaces. Un abrazo!!!
ResponderEliminarHola, gracias por los comentarios. Añadiría que siempre me ha gustado la estimulación activa de la imaginación de los pequeños mediante la lectura o la narración de cuentos, mientras que la televisión o el cine los veo estimuladores pasivos. A veces casi como inhibidores del desarrollo imaginativo.
ResponderEliminarNo creo que el cuento merezca segunda parte. ¿No?
Saludos.
"Quería una princesa convertida en un dragón, quería el hacha de un brujo para echarla en mi zurrón, quería un vellocino de oro para un reino, quería que Virgilio me llevara al infierno, quería ir hasta el cielo en un frijol sembrado y ya."
ResponderEliminarHermosa canción de Silvio, recuerdo gratamente las leídas de cuento a mis hijas por las noches, el favorito de la flaca era un poema incluído en uno de esos libros, se llama "Trato hecho", a la "Gaveta", le gustaba el de "La niña del cántaro" y a la Pooky le gustaban todos.
Bonito cuento vos, como siempre anotando de tres.
Buen relato..
ResponderEliminarmi padre decia...
El que a tus oidos canta...Tu boca endulza...
Me acuerdo de un bolito de mi pueblo que decia que se consiguio una vez una mujer tan bella, que cuando la vio desnuda no sabia si..comersela a besos o hincarse y rezar...
Este caminantede tu relato , hubiera hecho los dos.
abrazos compai.
Lo de la isla en que el idioma tiene una sola vocal que se cambia cada noche me recuerda un ejercicio que alguien me propuso una vez y yo se los propongo ahora: hagan el esfuerzo de hablar y de escribir sin usar los verbos "ser" ni "tener"... Verán que tendrán que emplear circunloquios en los que desaparecen las definiciones dogmáticas y las afirmaciones de obligación: es - en definitiva - un ejercicio de humildad lingüística. Saludos. Gonzalo.
ResponderEliminar¡Uy!, pues me tendré que andar con cuidado con los Reyes, Príncipes, poderosos y otros parásitos, por si acaso, je, je...
ResponderEliminarMagnífica historia, amigo, acompañada de una foto de ensueño...
Me gustan los cuentos con final abierto... cada uno que remate su historia...
Un abrazo...
no lo toques ya más que así es la rosa,que diría aquel...perfecto,redondo...puede quedarse así efectivamente....
ResponderEliminarmaravilloso ejercicio de imaginación,le admiro compañero
un fuerte abrazo
Nooo, déjala así no más. Hay cosas que no tienen que terminarse, porque implícitamente ya terminaron.
ResponderEliminarMuchos saludos!
Debo ser una princesa, porque me he quedado deseando escuchar los finales de las cuarenta y nueve historias y alguna más... Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarWow!! Exquisito pero me has dejado picado, asi que usare mi imaginacion para poder leer el papelito en la patica de la Golondrina.
ResponderEliminarsaludos
!!Me ha encantado¡¡ Desde pequeñita los cuentos me privan, pero me gustan éstos, como el tuyo, cuentos de princesas, cuentos de toda la vida. ¿Te quieres creer que este año por navidad entre todos los regalos que mi familia me tenía preparado el que más ilusión me hizo fue el de mi madre?, me había comprado un libro que se llama "El gran libro de los cuentos" con los tres cerditos, con la sirenita... y un motón de dibujos. Vamos, una preciosidad, como el texto con el que tú nos sorprendes hoy.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl relato, divino. Es como para degustarlo, palabra por palabra.
ResponderEliminarDe la foto, tal cual, de cuento.
Sin querer, Usted, volvió a hacerme recordar mis tiempos de cuenta cuentos, hermosa parte de mi vida. Algo de de ello sigue, no quiero que la vida me pase factura por desperdiciar ciertos dones que ella, generosa, me ha dado en custodia.
Todo lo mejor para Usted.
PS: Estará en Madrid a finales de Mayo? Pues, qué tal si nos tomamos una copa?
Hola a todos, estoy un poco liado y algo alejado de la blogoesfera. Aprovecharé mañana un rato para visitarles, me interesa mucho lo que escriben y piensan.
ResponderEliminarSilmariat, en principio no creo que exista problema, luego te paso mi celular ¿con ave migratoria o sin ella?
Saludos.
muy bonito
ResponderEliminarbien escrito, coerente
excelente
un forte abrazo, "princesa" :)
ayyyyyyy noooooooo no me hagas esto tú también...mira, no soy princesa pero reconozco que soy un poquitín curiosa, jijiji..
ResponderEliminarLindo cuento...sigue escribiendo.
Beso soleado
No se vale! cuando lo continúas?
ResponderEliminarespero que pronto. me gustó.
Un abrazo infinito.
Me encantan estos cuentos
ResponderEliminargracias!
Me encantan estos cuentos
ResponderEliminargracias!
Bravo, bravo y mil veces bravo.
ResponderEliminarSólo una pregunta. ¿Cómo acaba? jejeje
Un abrazo
hermosos tus cuentos y pues un abrazo y desenado que tengas un gran inicio de semana
ResponderEliminarQue mal esta la cosa que nos dejaste iniciados con este extraordinario cuento y ahora a esperar a ver como finaliza... mientras voy a acomodar el desenlace a ver si coincide con el tuyo... Espero no pase mucho tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo
JAIMIE
Sí, es cierto la cosa está muy mal. No tengo tiempo de nada. El final del cuento es libre. Bueno en realidad yo he creado mi propio final:
ResponderEliminarDos de los pilares del amor son la renuncia al egoismo y la conversación contínua. Tenemos a una princesa que ha renunciado a un reino por el ser amado y tenemos a un caminante que domina la palabra y sabe escuchar. Para mí que el final es bueno....
¿La golondrina herida? Amigos, ese, no me cabe duda, que es el comienzo de otra aventura que nada tiene que ver con esta.
Saludos.
me identifiqué con tu bella princesa, y no porque yo sea bello, já! es que también todo el mundo me quiere despertar y NADIE ME DEJA DORMIRRRRR!!!!
ResponderEliminarun abrazo amigo
Giuseppe Tanino
Veo que el reloj está avanzando muy rápido por esos lados. Esperemos que se normalice y te tengamos de vuelta con tus fotos y letras.
ResponderEliminarUn abrazo y ánimo que toda carrera tiene su final siempre.
Hola! llegue aqui por la pagina de Isabel la Romana y siempre veo la foto de tu arbol y ahora veo que son tu pasion. Yo tambien tengo una coleccion, pero como vivo en un dpto, son bonsai, 16 hermosos arboles que nos acompañan, florecen y dan frutos. Vere si encuentro tu mail, pues tengo una foto de uno que te va a encantar: parece un moustruo marino, un pulpo, vivo y coleando, verde, inmenso, un algarrobo de 1500 años de edad, aproximadamente.
ResponderEliminarAaaah, espero el desenlace!!!!
ResponderEliminarMuchos saludos y un beso querido Goathemala ;)
Hasata prontoooo
(Gracias por el detalle de considerarme una princesa y dejarme CON LA HISTORIA SIN FIN¡)
ResponderEliminarTiempo ha sin venir y perdiéndome de tus letras... (Snifff)
Que belleza de historia.
Yana tiene a un tío insuperable...
Ciertamenteque la curiosidad es tan fuerte como para todo eso que se ha dicho. Lo que no has dicho del cuento es que, una vez que la princesa se escapo, el principe azul, desesperado...
ResponderEliminarGuaaaaaaaaaaaaaaaaa....es hermoso, conmovedor, tierno...
ResponderEliminar¿ Ummm un beso o una historia?
Hasta pronto
Me ha gustado mucho este cuento porque a mi me encantan las ardillas, yo tengo dos en casa y son inteligentes, bailarinas, soñadoras y tienen un caracter fuerte, mucha personalidad. Les encanta jugar y tomar el sol. Son mis dos perritos de la pradera, mis dos hadas. Con ellas, solo mirarlas, me siento niña. Como leyendo tu cuento.
ResponderEliminaray, por favor, qué maravilloso cuentitoooooooo
ResponderEliminarmencantamencantamencanta!!!!
Un besote!!!