LA COLECCIÓN DE TORMENTAS

Berta fotografiaba tormentas desde hacía un lustro, después las archivaba y documentaba convenientemente en su cuaderno gris de soledad. Reflejaba el momento preciso en que se formaban y como se esparcían después barridas por los vientos.

Durante la tempestad se resguardaba en la cama, temblando bajo la frazada para evocar en un frenesí de centellas las veces que su esposo la protegía en similares momentos. Nada supo de él desde que emigró a tierras prósperas. Nada, salvo una primera remesa y el regalo de aquella absurda cámara digital.

Cuando regrese, se decía mientras pasaba páginas de su cuaderno, comprenderá las veces que me dejo desamparada y temblorosa, verá mi soledad y lo desguarnecida que me sentí sin él bajo las mantas.

Fotos: propias.

Comentarios

  1. Me encantan la tormentas,más que las tormentas esos sonoros preludios,esos orquestados crujidos de los cielos...y ese rápido avanzar de las nubes...y después nada para medio segundo después pasar a la vorágine de las gotas cayendo...
    Delicioso el relato como siempre y además por lo evocador del mismo
    un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  2. Gracia eso pretendía, un jueguecillo de palabras aprovechando una tormenta que me visitó el pasado jueves.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  3. Una bella e inquietante imagen: la soledad y la espera como una sucesión de tormentas. Genial.

    ResponderEliminar
  4. Dile a Berta que siga fotografiando y se olvide del otro! La cámara es más útil!
    ;)

    ResponderEliminar
  5. Anónimo14:23

    De las tormentas me gusta lo que aprendo de ellas cuando sobrevivo a su paso..
    Saludos y gracias por tu valiosisimo aporte.

    ResponderEliminar
  6. Es que el otro día escuché el tema Penélope de Serrat y es muy fácil divagar con el maestro.

    Conozco muchas familias destrozadas por la inmigración, bastantes dobles vidas y personas abandonadas.

    Saludos y gracias.

    ResponderEliminar
  7. Anónimo16:31

    Estupendo relato,en el cual muchas familias se pueden ver identificadas, bellas imágenes. Me ha encantado tu blog.

    ResponderEliminar
  8. El miedo y la soledad. Terrible alianza.
    Y encima, el que se ve obligado a dejar desguarecida al amparo de las tormentas a su casa, a su familia, sólo recibe a cambio, en muchos casos, desprecio y humillación.
    Saludos, amigo.

    ResponderEliminar
  9. Me ha encantado el relato... las tormentas, las exteriores... y las interiores...

    La tormenta siempre me desencadena ese doble sentimiento: el espectáculo fascinante que nos ofrece la naturaleza y ese temor atávico inevitable...

    Un saludo...

    ResponderEliminar
  10. Ojalá pudiera mandarte un poquito de calorcito….

    Cuanta expresión en tus últimos post… No sé si elogiarte o pedirte que me enseñes… Pareciera que supieras que para mi hay ciertas palabras que evocan cosas, cuando las escucho o las leo me mueven (almendros, atisbo, nevisca, ébano…). Grandioso tu Blog, te admiro… como creces y decantas…

    Te dejo un fuerte abrazo. Me voy con una sonrisa y vos sos el culpable…

    ResponderEliminar
  11. Gracias, Rafico, tienes unos tintos pagados. Será la inspiración del resfriado que cargo todo el invierno.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  12. Yo pago las aceitunitas... y eso en un catalán ya es la leche !!!
    ja ja jaaa

    ResponderEliminar
  13. ... no hay nada peor que pasar las tormentas en soledad... ;)

    ¡Saludos, amigo Goathemala!

    ResponderEliminar
  14. Exquisito relato!

    A Berta la tormenta no solo la capturó con su cámara, sino que se le alojó en su corazón, dejándola con chubascos de desolación...pobre Berta!

    besos y abrazos

    ResponderEliminar
  15. Las tormentas tienen algo atávico que llevamos marcado desde cromañones. Recuerdan que en la guerra de los mundos una simple tormenta atemorizaba a la humanidad.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  16. Me gusta mucho la elección de la imagen de la tormenta para simbolizar el desamparo. Y me alegra que él le regalara esa cámara digital. Besos.

    ResponderEliminar
  17. muy buenos posts y muy buenas fotografias. con mi curiosidad enfermiza me queda la espinita clavada de quien es esa Berta que hace tan buenas fotos

    ResponderEliminar
  18. yo mas bien me quedo con la sensacion de que a veces damos lo que menos espera o necesita la otra persona.

    Pobre Berta, a lo mejor las tormentas le ayudaban y le acercaban a su ser amado. Pero al parecer el siempre estuvo tan distante.

    un abrazo, nada tormentoso

    ResponderEliminar
  19. Anónimo22:34

    Cuanta tristeza evocan
    estas pocas lineas
    del relato !

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  20. La tormenta, el miedo, la soledad, el abandono... sólo un instante y tan eternos que parecen!!.

    Gracias por tu visita y si que disfrutaría de las tantas iglesias, espero pronto hacerlo.
    Sobre lo de la luna y la virgen, diversas interpretaciones hay, seguro conoces alguna, tal vez el próximo post sea inspirado en tu comentario, es un muy interesante tema.

    Saludos desde Chile.

    ResponderEliminar
  21. Yo soy otro enamorado de las tormentas y las inclemencias temporales. Quizás porque son novedad, pero a mi en vez de entristecerme o darme miedo, me encantan.

    Lo malo es que disfruto pocas de ellas, porque aquí ya ni llueve ni tormenta ni naa de naa.

    Y las fotos de cielos nublados y grises me parecen de una belleza exquisita, la naturaleza desbocada y capturada en un objetivo. Muy sugerente.

    ResponderEliminar
  22. Bonito texto, amigo. Te diré que a mi también me gustan las tormentas y tengo la costumbre de fotografiar una y mil veces las nubes con sus diferentes tamaños, formas y volumenes mientras nos sobrevuelan ahí arriba, solitarias y silenciosas, sobre nuestras cabezas...

    Salud

    ResponderEliminar
  23. También yo fui algo parecido a 'cazador' de tormentas, qué casualidad. En mi caso al ser un niño sólo las predecía (era infalible) y medía la cantidad de lluvia de forma artesanal, aparte de tener alguna fotografía de relámpagos.

    Interesante relato.

    ResponderEliminar
  24. Qué pena por Berta... si es que esas fotos también como tiene su paisaje interno...

    Ese paisaje del campo amarillo y cielo gris azulado, me encanta, de hecho, cada vez que el cielo está así de amenazante, me dan unas ganas locas de salir a caminar.

    Hartos saludos Goathemala.

    ResponderEliminar
  25. A preciosas instantaneas, preciosas palabras.

    Saludos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares